Este fue el aspecto que suscitó mayor rechazo de los grupos de oposición al Govern de un texto que apoyó mayoritariamente el conjunto de la cámara en el pleno extraordinario celebrado ayer.
La diputada del PP Asunción Pons defendió que la autorización de que los niños a partir de 8 años puedan cazar junto a adultos por medios que excluyan armas de fuego supone el reconocimiento de la «cultura popular» consolidada entre los aficionados a la caza.
Incidió en que la ley «excluye expresamente el uso de armas de fuego» por parte de menores de 14 años y mantiene el criterio de la norma precedente, de 2006, de que es a partir de esa edad cuando se puede obtener licencia de armas para uso cinegético.
A juicio de la representante del PP, la regulación del cazador menor de 14 años acompañado ampara «el adecuado proceso de aprendizaje e iniciación» a la caza.
Para subrayar la importancia de la nueva ley, Pons se refirió a otras novedades como la actualización de las sanciones, que se aplicarán mediante un sistema de puntos, la validación de las licencias insulares para cazar en todo el archipiélago y la conciliación de los intereses de cazadores y agricultores.
Por parte del PSIB, el diputado Cosme Bonet coincidió en la pertinencia de reformar la Ley de Caza vigente y expresó su respaldo a buena parte del proyecto sometido ayer a debate.
No obstante, criticó que el PP haya puesto la demanda de grupos de cazadores por delante de la protección de los menores para reducir la edad en que los niños pueden participar en actividades cinegéticas.
El diputado de MÉS Antoni Alorda elogió que la reforma fuera propuesta por el Consell de Mallorca y cuestionó también que se autorice la caza sin armas de niños de entre 8 y 14 años, una medida que ha considerado «un error».
La ley de caza se ratificó en un pleno extraordinario del Parlament en el que se abordó también la validación de un decreto aprobado por el Govern el pasado 21 de junio para permitir el otorgamiento de licencias a viviendas unifamiliares sin conexión con la red de alcantarillado. La norma, que salió adelante con el único respaldo del grupo del PP, fue cuestionada por el diputado socialista Jaume Carbonero, mientras que el líder de MÉS, Biel Barceló, aprovechó su intervención para criticar al grupo mayoritario por impedir que en la cámara se debatan en verano temas de actualidad.
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