El traslado a la nueva estación continúa paralizado a la espera de un acuerdo entre instituciones y transportistas. | Marco Torres
«Atención señores viajeros, por su seguridad controlen el equipaje de mano». El mensaje se escucha claramente a través de los altavoces, aunque no hay nadie a quien alertar del peligro de robos. También la pantalla que anuncia las salidas permanece encendida y de nuevo la grabación avisa de que el autobús que se dirige a Sant Jordi se situará en el andén nueve, pero una cadena impide el paso a cualquier despistado. «Esto es así desde hace tiempo, es para que no se oxide el sistema», explica un trabajador del Cetis. Todo está listo para la apertura (incluso las señalizaciones de las calles ya dirigen a los peatones hacia el Cetis), por lo que no parece extraño que la señora de la limpieza a menudo tenga que redirigir a los despistados turistas.
2 comentarios
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Nuestro gran presidente del consells aún tiene que mover ficha para contentar a los empresarios del sector, sino que se lo pregunte a una que se apellida costa, por lo cual la terminal de autobuses yo todavía no la he visto abierta.
Si esta inversión fuera de capital privado estaría en funcionamiento desde el mismo día que se terminó la obra y los transportistas tendría que acatarlo, si o si, porque el dinero privado no se estanca. Pero claro, como el dinero es de los ciudadanos que nos escornamos a diario para traer pan a casa, a nosotros si nos pueden torear estos "gestores" de lo público. Las comisiones ya están cobradas -y gastadas, seguramente- así que el "trabajo" ya está hecho, y además les seguimos pagando a las Eléctricas con todos los equipos en marcha para que "no se oxiden". Mare meva, y luego nos avasallan con lo de la crisis, que si no hay dinero para sanidad, enseñanza, discapacitados, etc. etc. ¿Vergüenza? ¿eso qué es?