Según han informado fuentes policiales, la actuación tuvo lugar este lunes 18 de marzo, cuando el técnico de Medio Ambiente del Ayuntamiento puso en conocimiento de la Concejalía de Gobernación que se estaba produciendo un posible maltrato animal en la citada finca.
La Policía Local se desplazó hasta el lugar y, en una primera inspección, localizaron el cadáver de un podenco a escasos metros de un bebedero y a ocho perros más de la misma raza en un claro estado de abandono.
A partir de ese momento, se iniciaron los trabajos para identificar al presunto autor de los hechos, lo que motivó la apertura de las correspondientes diligencias. Los agentes realizaron una minuciosa inspección en la zona, acompañados por el técnico municipal de Medio Ambiente y del veterinario del Consell Insular, y encontraron un gallinero con varios ejemplares muertos.
Finalmente, en la zona se pudo localizar también a un varón de 50 años que reconoció ser el propietario de los animales. En la inspección, los agentes descubrieron que los podencos vivían rodeados de sus propios excrementos.
Incluso, algunos de ellos tenían como refugio un bidón de hierro, con lo que tenían que soportar temperaturas extremas, tanto en verano como en invierno. Algunos padecían también úlceras en la parte posterior del cuerpo debido a la inactividad que sufrían.
Los agentes documentaron el evidente estado de abandono de los animales, por lo que imputaron al propietario un delito de maltrato de animal doméstico y se notificaron los hechos a las autoridades judiciales.
1 comentario
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Que espanto, que le quiten a todos los perros a este animal (me refiero al propietario).