Unos doscientos periodistas de setenta medios de comunicación nacionales e internacionales están acreditados para cubrir la cita judicial del marido de la infanta Cristina, prácticamente los mismos que el 25 de febrero de 2012, cuando por primera vez un miembro de la familia real española fue interrogado por un juez.
En la lista no estarán grandes cadenas televisivas internacionales como CNN y Al-Jazeera, que sí cubrieron la declaración el año pasado, según ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Baleares, y canales más modestos como la televisión pública suiza tienen previsto informar a sus espectadores del caso.
Fotógrafos, cámaras de televisión, redactores y técnicos se repartirán entre el patio trasero del juzgado de Palma, por donde entrará Iñaki Urdangarin, y la calle donde comienza la rampa de acceso, que permanecerá cortada por la policía.
A diferencia de lo ocurrido hace un año, cuando la incertidumbre solo se despejó en el último instante, ya está claro que el próximo sábado el duque de Palma bajará a pie la cuesta de entrada a la sede judicial.
El juez decano de Palma, Francisco Martínez Espinosa, ha confirmado hoy a EFE que Urdangarin tendrá que volver a recorrer a pie los treinta metros de la rampa ante la previsible lluvia de flashes, antes de entrar en un edificio que estará completamente vigilado por la policía para garantizar la seguridad del proceso.
El dispositivo es similar al de 2012 y en su definición, al contrario que entonces, no ha participado ningún responsable de seguridad de la Casa Real, ha precisado el juez.
Otra diferencia respecto a la comparecencia precedente es que el duque prestará declaración en la sala de vistas del juzgado de instrucción número 3, del que es titular el juez Castro, responsable de la investigación de la presunta trama corrupta en torno al Instituto Nóos.
La razón fundamental de este cambio de espacio es que la sala F de los juzgados, que acogió el primer y dilatado interrogatorio a Urdangarin, no cuenta con los medios técnicos necesarios para que la comparecencia sea grabada en soporte audiovisual, algo que el año pasado no se hizo por petición de la defensa del declarante.
Esta circunstancia prolongó la ya de por sí larga presencia en los juzgados del duque de Palma, que junto con su abogado revisó concienzudamente la transcripción de su declaración y abandonó la sede judicial bien entrada la madrugada del 26 de febrero.
Mientras que Urdangarin está citado a las 9.30 horas, el juez ha llamado a declarar a las 13.00 a Carlos García Revenga, secretario de las infantas que fue tesorero del Instituto Nóos.
El pasado sábado, su exsocio Diego Torres estuvo ofreciendo explicaciones durante siete horas al juez, los fiscales anticorrupción y los abogados del resto de imputados y la acusación popular, quienes ni siquiera pararon para comer.
En la causa, pieza separada 25 del caso Palma Arena, el número de imputados supera la cuarentena y en los últimos meses de instrucción algunas partes han aportado cuantiosa documentación sobre la que previsiblemente Castro preguntará a Urdangarin, por lo que la espera a las puertas de los juzgados puede ser prolongada.
Si las previsiones meteorológicas no yerran, el sábado será frío y lluvioso en Mallorca, por lo que los responsables de organizar el trabajo de los periodistas han previsto que puedan resguardarse dentro del edificio judicial mientras se produce la declaración, algo que denota cómo se ha flexibilizado el dispositivo de seguridad en comparación al año pasado.
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