Esta iniciativa pretende poner en conocimiento cuáles son «las fortalezas y debilidades del pequeño y mediano comercio de los municipios» a través del análisis propio que realizan los mismos comerciantes con técnicos de los ayuntamientos y del IDI. «La finalidad última es detectar sus ventajas y problemas del comercio de la localidad en sí. Nosotros ponemos a disposición de los municipios los recursos humanos y el asesoramiento», precisó Tomeu Alcover, gerente del IDI, que se reunió ayer a primera hora de la tarde con los comerciantes de Vila y a última con los de Santa Eulària. «El objetivo es que se den cuenta de en qué pueden mejorar; en qué están fallando», precisó Alcover. En este sentido, el concejal de Comercio de Vila, Rai Prats, afirmó que a los comerciantes de Vila les preocupa «que no se han adaptado a las nuevas tecnologías y también que sus márgenes de beneficios son menores con la subida del IVA y la entrada de las grandes superficies». Asimismo, las principales fortalezas del pequeño y mediano comercio en Vila se centran en la atención al cliente y su «buena disposición a hacer lo que haga falta para mejorar», precisó Prats, quien aseguró que estos comerciantes deben apostar «más por la calidad que no por la diversidad».
3 comentarios
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Que se dejen de actos, de reuniones y de congresos. La solucion es muy sencilla: buenos precios y buen servicio. De lo contrario, apaga y vamonos.
Es cierto que la falta de aparcamiento es un gran problema y también que hay comerciantes que cuando entras en su establecimiento parece que les molestas, ni los buenos días te dan. También que hay tiendas que no son antiguas si no viejas, con escaparates abigarrados, sin ninguna estética ni estilo, artículos de hace 10 años a precio de mañana .. muchas cosas puede mejorar el pequeño comercio, la primera la atención al cliente personalizada, algo que la gran superficie tiene mucho más difícil por la falta de personal o tener personal sin preparación ni continuidad. En los negocios: renovarse o morir es la máxima. Anim
El parking es la primera dificultad. La variedad de productos, la segunda. El precio, la tercera. Y el mal carácter y desgana al cliente, la cuarta. No es cierto que el pequeño comercio se desviva por atender al cliente; a veces, parece que te miran con odio; pero, desde luego, hay de todo. Fíjense en el motivo por el cual algunos restaurantes tradicionales de la isla siguen con enorme éxito a través de los años; sabes que vas a comer exactamente con una calidad constante. Eso se llama especialización. ¿Cómo va a competir una tienda de ultramarinos con una gran superficie, si no encuentro variedad ni posibilidad de parking en esa tienda. No me apetece pasear por las estrechas aceras cargado de bolsas. Especialización es la salida.