Los carros desfilaron por las calles principales de Cala Llonga.

En la entrada de Cala Llonga, a las siete de la tarde algunos sonadors, pagesos y pageses esperaban la llegada de los carros de la Asociación de Carreters de Eivissa y Formentera. Al poco rato, empezó el desfile de carros engalanados, una de las actividades más importantes del último día de las fiestas de Cala Llonga.

Las calles principales de la población estaban cortadas al tráfico de vehículos. Decenas de turistas y residentes esperaban impacientes en las aceras el inicio de la marcha. No deseaban que pasase lo mismo que el año anterior, que por una descoordinación entre la Asociación de vecinos de Cala Llonga y la de los ‘carreters' los visitantes se quedaron sin ver el desfile.

Ayer no pasó lo mismo y unos minutos después de las siete los caballos empezaron a tirar de los carros, que iban llenos de gente. Los turistas desde los balcones de sus apartamentos quedaron fascinados por la tradicional estampa y no dejaron de hacer fotos en ningún instante.

En una acera, Diane junto a su marido y sus dos hijos también observaban con curiosidad la marcha: «Ha sido una sorpresa encontrarnos con estos carros, no esperaba ver nada como esto en Eivissa», explica la turista inglesa.

Los carros engalanados hicieron dos veces el recorrido y la marcha duró unos veinte minutos.

Ayer terminaron las fiestas de Cala Llonga con multitud de actividades. Una exhibición de motos antiguas, el tradicional pasacalles, la misa en la capilla de Cala Llonga, el desfile de carros, ball pagès, dos conciertos de música y un espectáculo pirotécnico lanzado desde el mar.