Los agentes cívicos rondan en grupos de dos y siguen unas rutas concretas a fin de cubrir las inmediaciones de un total de 40 hoteles de Sant Antoni. Desde las 12 de la noche hasta las 7 de la mañana repiten una hora y media de recorrido, entrando a saludar a los recepcionistas y vigilantes de seguridad de los hoteles por si necesitan algún tipo de ayuda. Esa es su principal tarea, pero no la única. También ejercen la denominada función de «ciudadano ejemplar», consistente en llamar la atención a aquellas personas que están cometiendo algún tipo de infracción o ilegalidad en la vía pública. Un ejemplo de ello se dio el pasado miércoles, cuando se toparon con unos jóvenes extranjeros orinando en unos contenedores de basura. Los serenos desenfundaron sus linternas y apuntaron a los turistas, que reaccionaron subiendo la bragueta con velocidad y pidiendo disculpas tras ser requeridos a tal efecto por los vigilantes. Eso sí, de manera educada. Son conscientes de que no tienen ningún tipo de autoridad para exigir a nadie que deje de realizar una conducta en la calle. Simplemente, se lo piden correctamente y el hecho de ir vestidos con uniforme, sumado a la corpulencia que exhiben, normalmente provoca un efecto disuasorio que desemboca en la obediencia. Lo que acaba siendo una manera de colaborar para reducir, incluso, la delincuencia menor en la zona.
Dicha tarea la complementan, a su vez, con una tercera función más servicial hacia el ciudadano, en el sentido de orientar a turistas perdidos, dar indicaciones o asistir a cualquiera que lo necesite. El mismo miércoles se dio la circunstancia de que los serenos se cruzaron con un joven inglés que estaba en el suelo, en estado ebrio, y con sus gafas desencajadas. El turista pidió a los agentes que le ayudasen a colocar los cristales en los orificios correspondientes de la montura ya que no se veía capaz. Ellos respondieron diligentemente y auxiliaron al joven, arreglándole las gafas.
Como trabajadores de seguridad privada que son, no tienen legitimidad para intervenir abiertamente en las calles. Para eso está la policía: «La Policía Local y la Guardia Civil hacen muy bien su trabajo, pero por temas de presupuestos faltan efectivos» apunta Planells, que pretende que «Sant Antoni sea tranquilo».
5 comentarios
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El turista inglés, es salvaje por naturaleza, el sol y la libertad de las vacaciones los vuelve locos. Yo creo que un refuerzo a la policía está bien, ya que por lo menos se da una mejor imagen de seguridad en las calles, yo he visto de todo por la noche de san antonio, y cuantos más uniformados haya mejor que mejor.
Es vergonzoso que se tenga que llegar a esto. Que la policía no llegue a todo, que cuando bajan de los aviones ya van borrachos.... Lo de siempre: ESTE TURISMO DE FIESTA-DROGAS-ALCOHOL-TODO INCLUIDO NO ES EL ADECUADO. Habrá problemas con la seguridad...y si no, al tiempo!
Primero de todo deseo que funcione y esto sirve para controlar un poco a los turistas que tenemos y no nos merecemos.. o si. Totalmente de acuerdo con los anteriores comentarios. Y vuelvo a repetir lo mismo que dije cuando se publicó esta noticia el domingo pasado. Cuando se produzca algún exceso y sea alguno de nuestros hijos o algún vecino del pueblo... a ver que decimos.
Y que conste que a mi no me parece mal, pero: - Pueden ir uniformados (¿llevan el mismo traje que los municipales?) y patrullar por lugares públicos, según establecerá alguna normativa, ¿No?. - Dicen el artículo, que con sus linternas, sus uniformes y sus músculos, intimidan a unos turistas que miccionaban en la vía publica. El uso de la intimidación podría llevar responsabilidades penales. -Señores hoteleros, si esta localidad está así, no es gran parte por su culpa, por el tipo de turistas a los que Ud. reclaman año tras año, y ahora quieren arreglarlo con dos Agentes Cívicos. Esto solo pasa aquí ...
Antes de septiembre, estas personas ya habrán provocado algún incidente, alguno terminará en los calabozos de la Guardia Civil. Ya lo hablaremos terminando la temporada.