El president del Govern, José Ramón Bauzá, mostró varios gráficos para criticar la situación dejada por el Pacte de Progrés. | Teresa Ayuga

«No estamos aquí para tomar decisiones fáciles». Fue una de las frases que ayer utilizó el president del Govern, José Ramón Bauzá, para defender las medidas de ajuste aprobadas por el Ejecutivo con las que dejará de gastar 350 millones de euros en empleo público, sanidad y educación, entre otras materias.

El president compareció a petición propia para explicar en el Parlament el contenido de los ajustes y aprovechó para reiterar su oferta de pacto a los partidos de la oposición, oferta que tuvo un escaso éxito ya que tanto Francina Armengol (PSIB-PSOE) como Biel Barceló (PSM-IV-ExM) la rechazaron al considerar que Bauzá quiere imponer sus tesis antes de negociarlas.

En su extenso parlamento, el president reiteró en varias ocasiones la misma idea: las medidas no son fáciles ni cómodas, pero el Govern se ha visto obligado a hacerlas ante la «irresponsable» gestión del dinero público que hizo el Pacte y que dejó a Balears con una deuda de 6.000 millones de euros «que ahora hay que pagar».

Intervención

«Hemos tenido que tomar decisiones difíciles, valientes, impopulares, pero necesarias», dijo en otro momento de su discurso, ante la posibilidad real que de Balears sea intervenida por el Gobierno central. «Quienes ante la ineficacia de sus políticas, nos han dejado a las puertas (de la intervención) tratan de convencernos de que no sería ningún trauma y ante eso conviene recordar que, antes que cualquier otra cosa, debemos seguir preservando la autonomía de nuestras decisiones», señaló.

El president censuró la gestión del Pacte, aseguró que cuando llegó al poder se encontró con 230.000 facturas pendientes de pago y con 4.500 nuevos empleados públicos en la Administración. Por ello defendió la reestructuración funcionarial de la Comunitat Autònoma y los recortes en algunos complementos salariales «antes de tener que actuar, o que nos obliguen a actuar, sobre los sueldos».

Medidas impopulares

El president reconoció que algunas de las medidas recogidas en el plan de ajuste no son de su agrado, como el hecho de tener que cerrar hospitales. «No son decisiones fáciles, pero mi prioridad es salvaguardar el servicio y aplicar criterios de rigor», señaló Bauzá en su primera réplica, que ya tenía escrita de antemano.

Bauzá no estuvo de acuerdo con los reproches de la oposición, cuando aseguraron que actúa a las órdenes de Rajoy porque aspira a conseguir un cargo en Madrid. Aseguró que el Govern seguirá reclamando el cumplimiento del Estatut d'Autonomia en lo que respecta a las inversiones «pero no hay que buscar en un enemigo exterior la causa de nuestros problemas».

Aseguró que, con el Govern del PP, la credibilidad del Ejecutivo ha aumentado y prueba de ello citó el comportamiento de los bancos con el Govern. Reconoció que uno de cada cinco euros del Presupuesto de 2012 se destinará a devolver dinero a los bancos, pero reiteró que la razón estaba en la deuda acumulada por el Pacte de Progrés. También explicó que el Govern comenzará a pagar en breve esas 230.000 facturas que dejó el anterior Govern gracias a la confianza generada por el Ejecutivo.

Negó que el Govern improvise en su política económica y que los Presupuestos de la Comunitat estuvieran mal hechos. Para justificar los cambios explicó que la economía no muestra una foto fija y por lo tanto en cada momento se aplican las medidas que son necesarias en ese momento oportuno.

«Cada vez que se han aplicado determinadas políticas en esta Comunitat, el estado del bienestar ha acabado destrozado por aquellos que, aparentemente, después lloran por él», aseguró el president del Govern durante su intervención.