Imagen del cirújano plástico Ignacio Fernández-Sanza, quien cuenta en su haber con más de 4.000 intervenciones a lo largo de su carrera y que trabaja ahora con una innovadora técnica en la Policlínica Nuestar Señora del Rosario.

«Tuve clara mi vocación desde pequeño: sería cirujano plástico. Me gusta crear con mis manos, generar lo bello, y esta profesión me ayuda a conseguirlo, logrando que la gente sea más bella, borrándole las huellas del tiempo y los complejos de una imagen no deseada». Pocas veces tan pocas palabras dijeron tanto acerca de una persona: el doctor Ignacio Fernandez-Sanza.
Se trata de uno de los más prestigiosos cirujanos plásticos, estéticos y reparadores de España y del mundo. Algo que ha conseguido realizando a lo largo de su trayectoria más de 4.000 operaciones a lo largo de su trayectoria y con tratamientos innovadores como el que ahora está empezando a aplicar en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario de Eivissa.
«En resumen, se basa en utilizar células madre, extraídas y procesadas a partir de grasa del paciente, en los lugares que se quieran mejorar, desde mamas, glúteos o incluso músculos», asegura el doctor Fernández-Sanza.

Células madre
Este tratamiento hace poco que se conoce y está basado en la capacidad que tienen las propias células madre de multiplicarse para crear distintas partes de nuestro organismo como las venas, las arterias, los músculos o los huesos, y que, además, de encontrarse en el cordón umbilical también están en nuestro tejido graso.
Por eso el primer paso que lleva a cabo el equipo de este cirujano plástico lo que hace es «extraer una mínima cantidad de tejido graso de dónde indique el paciente, ya sea del abdomen, de la pierna o de un brazo y en lugar de desecharla, hacerle unos lavados, unos centrifugados y unos almacenamientos para encontrar las células madre, que posteriormente se llevarán a un laboratorio de Bélgica para criopreservarlas a -8ºC y obtener más».
Después, tras obtener de unos 100 gramos de grasa unos 10 millones de células madre y aprovechando su capacidad para transformarse en otras iguales se las cultiva en lugares donde haya colágeno o tejidos musculares para que se repliquen.
Según Fernández-Sanza, este procedimiento suele llevar tres meses, tras los cuales «ya se puede inyectar su propia grasa en lugar de prótesis para mejorar los pechos o los glúteos o para reconstruir mamas que han quedado dañadas después de algún tumor cancerígeno o alguna operación».
Además, este sistema novedoso también se aplica entre los hombres. En este caso, el doctor explica que «cada vez son más los pacientes del sector masculino que optan por inyectarse su propia grasa en músculos como los bíceps, los tríceps o los deltoides, teniendo la posibilidad además de remarcar sus propios músculos».
Incluso, hay otra serie de aplicaciones consistentes en inyectar directamente las células sin grasa para rejuvenecer la piel. «Por ejemplo, unas manos dañadas o algunas partes de la cara o del cuello, pueden ser mejoradas simplemente si inyectamos estas células madres para que se conviertan en tejido bascular o en tejido de colágeno y te mejoran la piel».
Todo esto se hace, según el cirujano Ignacio Fernández-Sanza, de un modo muy sencillo que no necesita ni de cirugía.
«Para llevar a cabo el proceso utilizamos lamporoscopia, haciendo un pequeño puntito de apenas dos milímetros por el que se extrae unos 100 gramos de grasa con unas cánulas de igual manera que se obtiene la sangre cuando se acude a hacer una donación».
Tal es así que este doctor asegura que simplemente es necesaria la anestesia local. «El procedimiento no duele nada y prácticamente cuando te quieres dar cuenta ya no te queda la grasa y te has quedado un poco más delgado», asegura Fernández-Sanza con una gran sonrisa.
Tal es así, que también recomienda que «si es una persona a la que le sobra la grasa, no sólo se emplee para obtener una buena cantidad de células madre sino que se aproveche también para mejorar alguno de las partes en las que veas que puedes hacerlo como aumentar tus mamas o tus glúteos».

Ventajas
Y es que según este cirujano plástico este novedoso sistema que se está empezando a implantar en Eivissa no tiene más que ventajas. «Por un lado te permite adelgazar un poco mediante una lipoescultura, y luego, al cabo de tres meses, moldear tu cuerpo utilizando tu propia grasa».
Algo que se consigue además sin necesidad de cirugía porque en lugar de inyectar colágeno o ácido hialurónico lo que se introduce en el cuerpo es la propia grasa del paciente. Algo que según Fernández-Sanza tiene la ventaja «de que no se reabsorbe como pasa con el colágeno que tiene una duración, y es mucho más barato que ponerse unas prótesis que, además, no sabes si con el tiempo tendrás que cambiarlas».

«Porque las prótesis PIP salieran defectuosas, no todas son malas»
El cirujano plástico, experto en operaciones de estética, quiso también tranquiliar al alto porcentaje de población femenina que se ha alarmado ante el escándalo de las prótesis PIP en Francia.
En este sentido, Ignacio Fernández-Sanza asegura que «las prótesis que han causado tanta alarma social en toda Europa, son sólo un modelo que ha salido malo, por lo que no hay que ponerse en el peor de los casos y empezar a pensar ahora que todas las prótesis que hay en el mercado para colocar en los pechos son malas y dañinas para la salud».