El congreso de la FSE se asemeja a esas sufridas series de televisión que cuando te crees que han terminado después de una temporada y un capítulo final plagado de crímenes, disputas familiares, traiciones, cambios bruscos en la situación de los protagonistas e incidencias de todo tipo; el guionista, en un genial malabarismo, idea un insólito final para dejar la puerta abierta a una segunda temporada. Para su desgracia, aunque la historia pueda parecerse a una cutre teleserie, la situación que vive el PSOE de Eivissa no es ficticia, sino que es la consecuencia real de una negligente gestión de los responsables de este partido, los de ahora y los de antes, que no han sabido extirpar este tumor maligno a tiempo. Con una ejecutiva que solo representa a una mitad del partido, que encima no ocupa puestos de responsabilidad en las instituciones; y unos perdedores que copan puestos importantes en el PSIB, aquí solo cabe una segunda temporada. Otra cosa es que la serie enganche de nuevo, porque los actores son muy malos y el argumento, peor.