Mariano Mariano, nacido en Badajoz en el año 1957, se siente como pez en el agua tanto en un plató de televisión como en un escenario o delante de un micrófono. De aspecto serio, pero siempre capaz de arrancar una sonrisa al respetable, se hizo famoso por aparecer en el programa de televisión Crónicas Marcianas, pero su trayectoria es mucho más amplia, ya que fue uno de los precursores del género de los monólogos en España cuando en 1990 batió un récord de actuaciones diarias durante 5 años consecutivos en Madrid. Un género con el que, precisamente llega mañana al Bar Restaurante Es Faralló para hacer reír a los ibicencos a partir de las 20,30 horas.
—Mariano Mariano, qué nombre más original, ¿por qué lo eligió?
—En realidad, el nombre se debe a una casualidad, hace ya muchos años. En todos los lugares donde actuaba haciendo humor me pedían carteles con mi foto y mi nombre, aunque no sé muy bien para qué, puesto que no me conocía nadie, y tuve que hacerlos. Los encargué a una imprenta que me pidió un nombre artístico y como nunca había pensado en tenerlo pues respondí: «Mariano». Al hombre le debió parecer breve y volvió a preguntar: «¿Pero Mariano qué?», y yo respondí «Mariano, Mariano», ratificando mi nombre, y así me hicieron 1.000 carteles con ese nombre. Valían 70 pesetas cada uno y los mil 70.000 pelas, así que me quedé con el nombre.
—Muchos le conocen por su paso por el programa de Crónicas Marcianas, pero ¿quién es Mariano Mariano?
—Si le preguntan a alguien que me conozca, seguro que se lo dicen. No sé definirme para otros. Prefiero que me definan los demás.
—Mañana llega a Eivissa como monologuista, una labor que no es nueva para usted, ya que fue considerado uno de los mejores de este país cuando el género no estaba demasiado explotado.
—En mi profesión he hecho de todo, cine, teatro, televisión, radio, pero el stand up comedy, lo practico desde hace más de treinta años. Cuando en España no existía este tipo de espectáculo yo fui pionero y cuando la gente lo presenciaba por primera vez, se sorprendía ver que un tío solo, sin necesidad de disfrazarse y sin ningún atrezzo, pudiera hacer un espectáculo solo con la palabra. Lo hice cinco años seguidos en Madrid a diario y cambiando el contenido cada día y fue todo un éxito.
—¿Qué tiene este género que engancha tanto a la gente?
—Este tipo de espectáculo ha enganchado siempre, lo que pasa es que nuestra sociedad funciona mucho con las inercias que nos dan los medios de comunicación, sobre todo si la televisión pone algo de moda. De cualquier forma este espectáculo se acerca mucho a los estereotipos y a la vida social cotidiana y dentro del stand up comedy, cabe casi cualquier cosa de la quieras hablar siempre buscando que los que escuchan se ‘partan la caja'.
—¿Hay un secreto para hacer reír?
—Mentiría si digo que no existe una técnica, pero dicho eso, son tantos los matices que existen en este trabajo que no sabría por dónde empezar para explicarlo. No entiendo muy bien la manía que existe en poner apellido al humor, catalogarlo y dividirlo en clases. El humor es único e indivisible, y sólo conozco un tipo: el que hace que la gente se ría.
—Estamos en crisis y en un país con millones de parados, ¿aún es posible lograr una sonrisa?
—Siempre es posible reírse, aunque hay cosas que maldita la gracia. Aún así creo que reírse es inherente al ser humano y no solamente una necesidad psíquica sino también una necesidad fisiológica.
—De pequeño sufrió la polio, ¿se considera un ejemplo de superación para mucha gente?
—Ha habido mucha gente que me ha hecho comentarios en ese sentido y es porque supongo que desde fuera se ve mucho más difícil. Pero de verdad creo que los seres humanos tenemos todos una capacidad de superación que no descubrimos hasta que necesitamos que aparezca. De cualquier manera, si alguien me considera un ejemplo me siento muy honrado por ello aunque cualquiera en mi caso hubiera hecho lo mismo e intentar normalizar una situación diferente.
—Ha sido actor, cómico, músico, tertuliano... ¿qué palo le gustaría tocar que no haya tocado aún?
—En el mundo del espectáculo hago de todo y quizá no me quede nada nuevo por hacer, así que el palo que me gustaría tocar es un palo dialéctico, grande y duro con el que darle a todos esos que elegimos para que hagan las cosas para las los hemos elegido.
—¿Cuáles son sus proyectos más inmediatos?
—No me concibo sin proyectos así que estoy metido en un montón de cosas. Ahora estoy escribiendo mi primera novela, sigo haciendo radio a diario, las actuaciones en directo que me encantan, y preparando con mi productora un par de programas de televisión, uno que dirigiré y otro que también dirigiré y presentaré. Pero lo más inmediato es pasármelo de fábula en Es Faralló, el sábado y el mañana con muchos amigos y la gente que quiera venir
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