Cientos de ibicencos acudieron hasta el bulevar Abel Matutes de Vila y sus alrededores para disfrutar ayer con las actividades preparadas para celebrar el Dia de les Illes Balears. Con ello, se cumplió con creces el objetivo de convertir la mañana en una multitudinaria fiesta en la que disfrutar de las actividades de forma gratuita.

Sin embargo, el objetivo de hacer el 1 de marzo día de todos los baleares, parece que en Eivissa no contagió demasiado. «Yo la verdad que me siento ibicenco y no balear, porque no me une nada con los mallorquines», decía Joan, un hombre de 72 años que tras trabajar toda la vida en el campo ahora jugaba con su nieto Noel. Lo mismo opinaba Pep Lluis que, aseguraba tras sus gafas de sol, que «este día de Balears no sirve de nada si no se enseñan aspectos relacionados con nuestras tradiciones a los niños desde pequeños». Una idea que también secundaba Concepción, cuando afirmaba, mientras esperaba con su hijo la cola para los talleres infantiles, que «el maquillaje infantil y el fútbol está muy bien pero, al menos, en este día podían dar talleres de nuestras tradiciones como los barruguets».

El bulevar, lleno
Sea como fuere, el caso es que el bulevar se llenó y actividades como la exhibición de perros del Club Agility de Eivissa fue todo un éxito. En ella triunfaron Tremendo, Mika, Nala, Dark o Flapy, canes que hicieron las delicias de todos los presentes con sus carreras y su capacidad para superar obstáculos y coger los discos al aire, mientras eran los propios niños los que hacían de colaboradores de pista.

Otros de los que arrancaron grandes ovaciones fueron los miembros de la Federació de Colles de Ball Pagès d’Eivissa y de la Associació de Carreters, encargados de poner la nota pagesa a la jornada, con un gran baile y un paseo en carro de caballos por las calles adyacentes al bulevar, que hizo las delicias de todos los presentes.

Mientras, la gincana fotográfica, organizada por Ibiza Foto Club, con 22 participantes, y las actividades infantiles también fueron un éxito. Tal es así, que había que esperar pacientemente para que los niños pudieran terminar con su cara maquillada, aprendieran a hacer mosaicos con pequeños papeles de colores; pintaran en cristales con la técnica del window color; o construyeran futbolistas, casas, serpientes o sargantanes con fischer tip, un juego hecho a base de pequeñas piezas de fécula de patata coloreado con colorantes alimentarios que al mojarse se moldean como se quieran.

Lo mismo sucedía en la zona de los juegos de mesa, donde monitores de S’Espurna, como Antonio, intentaban como podían que las familias tuvieran disponibles el parchís, la oca, el Monopoly, el Tangram o el Mikado, un juego en el que hay que coger los palos de la parte de arriba sin mover todos los demás.

Un juego de paciencia que nada tenía que ver con los partidos de fútbol de tres contra tres en los que varias decenas de niños, incluyendo unos particulares Kobe Bryant, Pau Gasol o Iker Casillas, esperaban su turno para participar. Y es que parecía que ayer nadie quería perderse el Día de les Illes Balears.

Formentera celebró el día de forma austera
Los actos del Día de les Illes Balears fueron en Formentera los más parcos que se recuerdan en mucho tiempo ya que se limitó a una demostración de ball pagès a cargos de miembros de las colles de la Isla, un convite a orelletes y hierbas, y el discurso institucional que en esta ocasión no hizo el presidente del Consell, Jaume Ferrer, al estar en los actos de Palma como presidente y diputado autonómico de Formentera.

Si no hubiera sido por un nutrido grupo de excursionistas del Imserso que acudió a Sant Francesc la participación ciudadana hubiera quedado en escasa o prácticamente nula con apenas la presencia de familiares de los balladors y de los políticos.

Así, las cámaras de vídeo, de fotografía y los móviles, no pararon de seguir la evolución del ball pagès e inmortalizaron los saltos, las vestimentas, las emprendades y los instrumentos musicales tradicionales pitiusos. Luego comenzó el convite, también austero como nunca, con unas orelletes que eran tamaño 'baby' y con las tradicionales hierbas ibicencas que, cosas de la vida, son originarias de es Caló donde se instaló el primer alambique para su elaboración.

Eso sí, en cuanto no aparecieron más orelletes y comenzó el parlamento, el Imserso desapareció y la plaza se quedó demasiada vacía para un día de Balears. Tras el discurso volvieron a aparecer más bandejas de orelletes pero para entonces la gente ya había desfilado en su gran mayoría y al final hubo quien hacía acopio de material que se llevaba envuelto en servilletas de papel. Guillermo Romaní