El portavoz de los Testigos de Jehová en Eivissa, Ismael Pujol, en el salón principal de la nueva sede con la que cuentan los fieles en la Isla. | Marco Torres
Los Testigos Cristianos de Jehová están dando los últimos retoques a su nueva sede en Eivissa. El portavoz de los fieles de este culto en la Isla, Ismael Pujol, explicó que esta sede, por la que han pagado unos 200.000 euros, sustituye a las tres que, hasta ahora, había en Eivissa: Vila, en la avenida de España, Santa Eulària y Sant Antoni.
Para realizar los trabajos en la nueva sede han pasado por las instalaciones, situadas en una nave de la calle Music Rafael Zornoza, detrás del cuartel de la Guardia Civil, en Can Cifre, cerca de 500 voluntarios de Eivissa, Barcelona, Alicante, Menorca y Mallorca. Trabajan gratis porque, según Pujol, que en su conversación cita constantemente pasajes de la Biblia, «si ayudas a alguien, también te ayudarán a ti». Llevan trabajando cerca de dos meses en la sede y esperan poder inaugurarla en breve.
«La siempre constante pero creciente necesidad de encontrar sentido a la vida, así como satisfacer la necesidad espiritual inherente en el ser humano, nos ha movido a buscar unas nuevas instalaciones que satisfagan las grandes necesidades de los ciudadanos ibicencos», señala el portavoz, que explicó que los gastos del nuevo salón se han sufragado con donaciones voluntarias y anónimas de los miembros de los Testigos Cristianos de Jehová.
Los fieles realizan dos reuniones semanales y, aunque las tres congregaciones compartirán la nueva sede, conservarán su identidad individual y se reunirán en horarios diferentes.
«Aquí, en las reuniones no hacemos como otras religiones, sino que nosotros participamos todos», señala Pujol, que apunta que no tienen relación con la Iglesia católica porque son «pocas cosas» las que les unen. «Nosotros, por ejemplo, a diferencia de la Iglesia católica, no apoyamos las guerras», destacó Pujol, un mallorquín de 30 años de edad afincado en Eivissa.
En la actualidad son unos 300 testigos de Jehová entre las congregaciones de Vila, Santa Eulària y Sant Antoni.