Vicent Serra esta semana en su despacho del Consell. Al fondo, Dalt Vila. | Marco Torres

Serra sabía que era «complicado» ser presidente, pero confiesa que lo es «mucho más» de lo que pensaba debido a la mala situación económica. «Ahora soy la antítesis de un político, estamos en una fase en la que no podemos anunciar ni grandes obras ni ayudas», asegura.

Los presupuestos del Consell han bajado casi en 20 millones. Supongo que muy satisfecho no estará.
—Hay que estar satisfecho porque son realistas y se adaptan a la crisis, pero no son lo ideal para un político, no se pueden hacer inversiones como otros años.

Se le critica que no está siendo suficientemente reivindicativo ante Mallorca.
—Todo en su momento. Muchos de los que critican no aceptan que atravesamos una crisis europea o mundial. Las reivindicaciones las mantenemos pero se plantearán cuando puedan ser recibidas por el Govern.

¿En 2013 será el momento?
—Habrá que ver cómo es la situación del Consell y Govern a final de 2012. Además, a lo largo de este año negociaremos la nueva financiación. En la anterior legislatura se habló mucho pero no se concretó nada.

Y esto se tiene que cerrar en 2012 porque si no el Consell tendrá que devolverle al Govern los tres millones del adelanto de la financiación.
—Es verdad que se puso este condicionante, pero la situación del Consell es suficientemente deficitaria como para tener que devolver el dinero.

¿Quiere decir que si no se llega a un acuerdo ustedes no lo retornarán?
—Mientras el Consell esté mal financiado no lo devolveremos.

¿Confían en recibir más fondos del Govern este año?
—La lucha que tenemos ahora es que no nos conformamos con los presupuestos. Hemos apoyado las cuentas del Govern, pero ahora tenemos que reclamar ante las conselleries para intentar que haya más dinero para Eivissa.

La residencia de Sant Jordi funciona a medio gas y la de Sant Antoni ni se ha abierto. ¿Qué pasará con ellas?
—Intentaremos abrir la de Sant Jordi a lo largo de este año. Lógicamente todo estará vinculado a que se pueda prestar una asistencia sociosanitaria de calidad. La de Sant Antoni no la abriremos mientras no tengamos una financiación adecuada.

¿Entonces se descarta abrir Sant Antoni en 2012? ¿Y si se privatiza?
—Si no tenemos una financiación que asegure esta calidad no abriremos la residencia. La privatización es una posibilidad legal que aquí ha sido demonizada por la izquierda pero que se ha hecho en muchas comunidades donde gobernaron.

¿A lo largo de 2012 se podría dar la residencia de Sant Antoni a la gestión privada? ¿Cuándo se decidirá?
—Cuando la disponibilidad presupuestaria sea suficiente para afrontar esta fórmula de gestión. De momento, no podemos. No hemos calculado el dinero que necesitamos para darlo a gestión privada.

¿Y cómo se conseguirá la puesta en marcha de la de Sant Jordi?
—En principio no tenemos previsto dar Sant Jordi a la gestión privada. Estamos estudiando el coste real para determinar cuándo la podremos abrir. Los convenios firmados con el Govern para el funcionamiento de Can Blai y Sant Jordi están por debajo de sus costes. No queremos encontrarnos con problemas económicos a final de año, ya que éstos repercuten en la calidad asistencial. De todas formas, los trabajadores han demostrado su profesionalidad por encima de cualquier cosa.

La radioterapia parece que no estará desde el primer día en el nuevo hospital.
—Insistiremos en que se ofrezca radioterapia con las consideraciones que se quieran hacer de carácter técnico. Posiblemente no se podrán dar todos los tratamientos de radioterapia, pero sí una gran parte de ellos. Algún tipo quizás no, pero es algo que está estudiando el Govern.

¿Y Benirràs, Roca Llisa y Punta Pedrera se desprotegerán del todo?
—Llegaremos a acuerdos con los propietarios para reducir la edificabilidad que había antes de que se protegiera. No está concretado aún cómo, estamos pendientes de una serie de contactos. Habrá puntos en los que la protección se podrá aumentar y otros en los que habrá que ver hasta dónde llegan las indemnizaciones que hay que pagar.

El alcalde de Sant Joan sí que quería desarrollar el plan completo de Benirràs, las 100 viviendas.
—Lo que dijo es que si se llegaba a un acuerdo con los propietarios lo respetaría y apoyaría.

El PSOE teme que se aproveche una calle y dos farolas para decir que aquello es urbano.
—El PSOE tuvo la oportunidad de llegar a acuerdos con propietarios y no fue capaz y ahora no es momento de poner palos en las ruedas.

Usted quiere consensuar con la sociedad cuántos campos de golf y puertos deportivos hacen falta en la isla, ¿le han contestado ya empresarios, sindicatos y ecologistas?
—Son temas que generan mucha sensibilidad y por eso hay que buscar consenso. Al día siguiente de romperse el Pacte pel Territori envié unas cartas a asociaciones vinculadas al ámbito laboral económico, turístico y medioambiental. Por ahora solo he recibido contestación del GEN y Amics de la Terra.

Parece que el proyecto de campo de golf de Platja d'en Bossa se podría reavivar, ¿qué le parece?
—Creo que la mejor opción es construir un campo de golf donde ya haya oferta hotelera alrededor, al margen de que sea en Sant Jordi u otro lugar de la isla.

Usted salió un día diciendo que no quería nuevos puertos deportivos y que apostaba por las ampliaciones de los actuales y la semana siguiente aseguró que sí que querían nuevos puertos, ¿sufrió presiones del partido para cambiar de opinión?
—No hubo ningún tipo de presión. Lo que quise decir es que el PP en su programa no descarta nuevos puertos deportivos, pero como primera opción contempla la ampliación. A la vista de la sensibilidad que genera, queremos que este tema se aborde con el máximo consenso y que haya un apoyo de las asociaciones de vecinos implicadas en caso de que estas infraestructuras se tengan que hacer.

¿Hay que dejar construir en ses Feixes?
—Es un problema que está demasiado enquistado. Ses Feixes es la puerta marítima de entrada a Eivissa y no ha habido ninguna inversión en muchos años, tanto con los gobiernos del PP como de la izquierda. Es el momento de salir de esta parálisis. Es muy importante la colaboración privada para intentar hacer un cierto aprovechamiento urbanístico de ses Feixes junto con una recuperación de una parte de la zona. Es una opinión personal porque es cosa del Ayuntamiento de Vila, pero creo que no hay dinero público ni para expropiar ni para revitalizar y mantener esta zona.

El problema es que está difícil construir porque es rústico protegido.
—Por eso digo que todo está en manos del Ayuntamiento. Creo que ses Feixes hace demasiado tiempo que están así, en una situación de abandono, no cumplen la función para las que fueron diseñadas. Sí que son una ventana a una Eivissa que todos amamos, pero estamos en una época en la que el turismo es una fuente básica de supervivencia y al puerto llega una gran cantidad de turistas que ven esta zona, por lo que tenemos que salir de esta situación.

¿Hay diferencias en materia territorial dentro del PP? ¿Usted está en el ala más ecologista?
—En todos los partidos hay diferentes sensibilidades, pero tenemos un acuerdo que es el programa electoral. Es difícil hablar de ala ecologista dentro del PP, ni tampoco de cualquier otro partido que tenga que hacer una normativa urbanística. Yo soy una pieza más en el PP y tengo que responder a las demandas de los ciudadanos. No me puedo identificar en ningún tipo de línea.

En el próximo año solo veremos obras de carreteras, ¿no?
—Esperamos que podamos tener la carretera de Sant Miquel terminada a final de este mes, únicamente está pendiente del tratamiento del paso del carril bici por los restos arqueológicos. Y a finales de año podrá empezar la obra del primer cinturón. Las de Sant Joan y el triángulo de Jesús se iniciarán a finales de 2013.

¿No se han arrepentido de eliminar el carril bici de la carretera de Sant Joan?
—No, porque era una promesa electoral. Hemos visto que el retraso por quitarlo no era tan importante y había que cumplir. Sí que había una cierta demora, pero habremos ganado seguridad para los vehículos y para los ciclistas que van por carretera y no usan carril bici, ya que el arcén es más grande.

Muchos se preguntan por qué usted siendo aficionado a la bici elimina este carril.
—Voy por caminos rurales porque soy aficionado a bicicleta de montaña. Será muy dificil que los carriles bici cumplan la función para los que fueron diseñados porque los ciclistas de carretera van por carretera y los de montaña por montaña. Excepcionalmente estos carriles podrían servir para desplazamientos de domingo, pero pienso que no servirán para implantar un modelo alternativo de movilidad, porque nadie va de Eivissa a Sant Miquel en bici.