El que comenzaran a funcionar el mismo día el Faro de Botafoc y el de la Mola, en Formentera, no fue más que una casualidad». Así de rotundo se explica Pere Vilàs Gil, historiador y directivo del Club Náutico Ibiza.
Pero sea como fuere, el caso es que ambos empezaron a funcionar un 30 de noviembre de 1861 y por eso, aprovechando que se cumplen 150 años, Autoritat Portuària de Balears en colaboración con el Club Náutico Ibiza han organizado para mañana a las siete de la tarde una charla para tratar el tema.
En ella participarán el jefe de Proyectos y Obras de Autoritat Portuària de Balears, Jorge Martín, y el propio Pere Vilàs, quien recordará la historia de estos dos faros pitiüsos que empezaron a construirse en 1859 y que curiosamente comenzaron a funcionar el mismo día.
Martín y Vilàs hablarán entre otras muchas cosas del papel de los faros en el sistema de señalización marítima y su evolución desde sus inicios hasta la actualidad y de la diferencia que hay entre faros y balizas, y de por qué, como asegura Vilàs, «el Faro de Botafoc es una baliza y no un faro como mucha gente piensa».
Además, el autor del libro Senyals lluminosos de les Pitiüses, publicado en el año 1992, también tratará temas como «la expropiación de la Mola, ya que eran terrenos privados, y de la construcción del Faro de Botafoc, uno de los pocos que, desde el primer momento dispuso las viviendas de los torreros en dos plantas debido a la escasez de espacio disponible en el islote, y que tenía un servicio de lancha para el suministro de víveres y transporte de sus habitantes, que finalmente quedó anulado al quedar más tarde comunicado con tierra firme mediante un dique con camino».
Emili Pou
Así mismo, Pere Vilàs, tratará durante su conferencia de la figura de Emili Pou, considerado como el padre de los faros en toda Balears.
«Este ingeniero de caminos, canales y puertos proyectó y dirigió los faros de sa Conillera, Botafoc, Punta Gorda, Illa d'es Porcs, d'en Pou y en Formentera, el de Formentera y el de la Mola», asegura el historiador afirmando que su importancia durante finales del siglo XIX en las Islas fue capital.
Además, fue el promotor de la primera carretera entre la ciudad de Eivissa y Sant Antoni, en 1861 y proyectó las mejoras del puerto, «lo que le valió la admiración de los ibicencos que en 1887, como gratitud, le dedicaron una calle que desemboca en el puerto, siendo nombrado además hijo ilustre de la ciudad». Sin embargo, Vilàs asegura a modo de anécdota que «su retrato no está en el Ayuntamiento porque fue robado en el año 1936 y fue el único que no pudo ser recuperado».
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Fue nombrado Hijo Adoptivo, pues no había nacido en Ibiza, circunstancia necesaria para ser nombrado Hijo Ilustre.