Unos dicen Joyeux Noël et Bonne Année!, otros Hartelijke Kerstroeten, algunos Craciun fericit si un An Nou fericit! y los que hablan castellano Feliz Navidad. Son franceses, holandeses, rumanos, peruanos y senegaleses y aunque son muy distintos a todos les une una misma ilusión: la Navidad.

Todos forman parte de la comunidad de extranjeros que viven en Eivissa y que pasan estas fechas lejos de sus países de origen. Sin embargo, y aunque son momentos duros, todos los viven con gran alegría.

En este sentido, los senegaleses, que en su mayoría son musulmanes, son un claro ejemplo. Así, Backe y Papa Lô, Ibou Sene, Cheikhou Mbaye o Papa Amadou Sene, algunos de los cerca de ochenta miembros de este país que residen en Eivissa, aseguran que se juntan con sus amigos y mujeres españoles para celebrar la noche en su casa degustando una salsa de pollo llamada Sosou Ganar, y un postre tradicional hecho con una ensalada de yogur.

Gastronomía

Precisamente, la gastronomía popular es algo que nunca falta en la noche del 24 de diciembre. En este sentido destaca Francia donde, según Jocelyn Calafat, presidenta de la Asociación Cultural Francesa, cada provincia tiene sus cosas propias «destacando Provenza donde, además de hacer un pan dulce llamado pompe a l’huile, se toman los Trece Postres en honor a la última cena de Jesús con los apóstoles».

Sin embargo, hay algo que no cambia en nuestro país vecino durante el reveillon de Noël o cena de Navidad, que son «las ostras, el pavo relleno con castañas y de postre el bûche de Noël o tronco de Navidad, un dulce hecho de bizcocho, mousse y glaseado de chocolate que se remonta a la época en la que no había calefacción y un tronco duraba todas las fiestas».

Algo que no necesitan en Perú, puesto que allí cuando llega la Navidad es verano. Eso sí, según Milena García, de la Asociación Casa de Perú en las Pitiüses, «lo celebramos cenando por todo lo alto con pavo al horno, acompañado de puré de manzana y ensalada». Sin embargo, en el país andino hay tres productos que brillan por encima de todos: «El panetone de la marca Mota, heredado de los emigrantes italianos en el país, el ceviche, un plato de pescado con zumo de lima y un picante llamado ají, y la leche de tigre, un reconstituyente hecho a base del zumo del propio ceviche y que sirve para pasar la resaca de la noche anterior».

Mientras, en Holanda y Rumanía son más escuetos, ya que en el primero de los países se cocina un pan tradicional con pasas y nueces y se degusta conejo o pavo y en Rumanía se come el sarmale, un plato a base de carne picada envuelta en hoja de col, el cozonac, un postre hecho con pan dulce relleno de mermelada y nueces, y se termina con un chupito.

Regalos

Lo que no cambia en ninguno de los países es el día de los regalos ya que por ninguno pasan los Reyes Magos y todos esperan a Papá Noel la noche del 24 de diciembre. Cada uno tiene un ritual característico como en Perú, donde el niño más pequeño va leyendo los regalos del resto, o en Rumanía, donde recitan una poesía en honor de Papá Noel tras cantar en grupos villancicos por las casas en busca de caramelos. Éstos, junto con los niños de Holanda y del norte de Francia son los que más suerte tienen, ya que también celebran la llegada de San Nicolás el 5 de diciembre.

Además, todos los países decoran con alegría cada una de las casas. Así, por ejemplo, en Perú se suele poner un Belén en el que no se coloca al Niño Jesús hasta el 24 de diciembre, en Holanda, según Cristina Kriger, presidenta de Tulipanes, la asociación de holandeses en Eivissa, «se hace especial hincapié en los árboles y en los centros florales con velas y muchos colores», y en Francia se regala cualquier cosa relacionada con muérdago el 1 de enero para tener buena suerte durante todo el año.

No en vano en todos los ciudadanos renace la ilusión de empezar el año con buen pie y con una sonrisa como, por ejemplo, en Senegal, donde según Mbacke Lô, «el famoso compositor Youssou canta gratuitamente con los niños y da regalos y dinero para que el primer niño nacido en el año pueda vivir durante tres meses». Y es que aunque cada país se hable un idioma, a todos les une la alegría de la Navidad.

La receta - Bûche de Noël

1. Preparar el bizcocho y batir las yemas con azúcar hasta que la mezcla esté blanca.
2. Añadir el harina y las claras batidas y poner la masa en una placa.
2. Hornear 15 minutos a 180ºC y dejar que se enfríe.
4. Preparar el mousse, separando las yemas de las claras, batiéndolas con azúcar y añadir chocolate fundido y claras batidas y ponerla al frigorífico una hora.
5. Extender el mousse en el bizcocho y cortar en trozos.
6. Para el glaseado, derretir el chocolate con nata liquida y extenderlo por el tronco.