Dice que le gusta mucho cocinar y que es amante del sofrit pagès. Algo que le puede hacer falta para conquistar, aunque sea por el estómago, a la oposición durante esta legislatura, que se le presenta muy complicada. Él defiende que siempre ha sido dialogante y los que le conocen dicen que tiene ideas moderadas, que no le gusta quedar mal con nadie y que es una persona muy insistente. Quizás esto último es lo que le ha hecho conseguir algo que parecía imposible: conservar el gobierno josepí tras la marea popular del 22 de mayo. Después de mucho tiempo en la oposición, hace cuatro años sucedió a Serra Escandell tras 28 años de gobierno popular. Quizás se ha regido por una frase que mencionó ayer de Winston Churchill: «Entiendo la política como una manera de pensar y ayudar a nuestros conciudadanos y a las generaciones futuras y no como un período de tiempo que se ha de pasar antes de llegar a las próximas elecciones».
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