Estamos desbordados. Esto era lo más repetido por los hosteleros participantes en la tercera Pintxa de Sant Antoni durante la noche del primer jueves del certamen. Y es que los vecinos respondieron en masa a la llamada de la tapa movidos, en gran medida, por la oferta del primer día, en la que por un euro se ofrecía una caña o una copa de vino más delicatessen como calçots de tempura con salsa de romescu, roti de ternera con salsa de yogur, pechugas de pollo rebozadas con salsa de sésamo y yogurt de menta, canapé de pan payés con sobrasada y queso fresco ibicenco y miel o un beso de mar compuesto por un boquerón con salmón ahumado y pimiento del piquillo.
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