Los residentes del centro de la localidad de Santa Eulària, Can Blai, disfrutaron también de su gran momento 'real'.
Los 87 abuelos de la residencia compartieron ayer una merienda muy especial de la que formaron parte también sus familiares.
La llama de la ilusión fue mantenida, no sólo por los seres más queridos de los internos, sino también por una presencia muy importante. El paje real se hizo un hueco en la apretada agenda de su día para agasajar a los mayores con una gran variedad de regalos que revivieron las sonrisas que los pacientes a veces dejan en el olvido.
En los rostros de los presentes, internos, familiares y personal del establecimiento podía verse la emoción que, a flor de piel, se manifestaba de diversas formas.
El paso del paje por Can Blai no dejó a nadie indiferente.
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