Las II Jornades de Gestió del Litoral celebradas ayer en Formentera se centraron en las salinas de Formentera desde puntos de vista poco divulgados. Por ejemplo, el profesor de geodinámica de la UIB, Bernadí Gelabert, habló de la formación de la isla y de la manera en que se gestaron las salinas. Posteriormente, el historiador Santi Colomar centró su exposición en las cuestiones históricas de la explotación de las salinas y su importancia en una isla pobre que basaba su sustento en esa fuente de riqueza. Por último intervino David Calzada, director de la empresa Salinas de Formentera, que está recuperando la labor extractora que se abandonó en los años 60. El colofón lo pusieron el propio David Calzada, la directora del Parc Natural de ses Salines, Paula Goberna y la consellera de Medi Ambient de Formentera, Silvia Tur, en una mesa redonda en la que los asistentes pudieron interesarse por aspectos concretos relacionados con las salinas y la extracción de sal.
Gestación de las salinas
Gelabert centró su conferencia en cómo se formó la isla de Formentera, con zonas tan diferenciadas como la Mola, Cap de Barbaria, los sistemas dunares y por fin las salinas. Gelabert habló de las características paisajísticas que se derivan de las salinas, con especial hincapié en el color o colores que generan y señaló que la diferencia sustancial entre las salinas de Formentera y las de Eivissa «son las propias de estar en una zona con montañas a su alrededor como en Eivissa o llana como en Formentera». «En el primero de los casos puede llegar agua superficial en temporadas de fuertes lluvias, lo que en Formentera es mucho más difícil», remarcó el profesor de la UIB.
Por su parte Santi Colomar habló de la historia de la explotación de las salinas de Formentera y destacó que aunque durante varios siglos (entre el XV y el XVII) la isla estuvo básicamente despoblada «no se concibe que desde Eivissa se descuidara la producción y extracción del oro blanco que significaba la sal, ya que era la base de la economía de los isleños». «La prueba es que cuando en 1715 Felipe V confiscó las salinas ibicencas como castigo por haber apoyado a su oponente a la sucesión del trono, clavó un cuchillo en la economía de las Pitiüses y hasta hubo conspiraciones para intentar pasar el dominio de la isla a Austria o Gran Bretaña».
El «oro blanco» de las Pitiüses
El historiador Santi Colomar explicó que la sal también tuvo mucha importancia durante la Edad Media y no sólo durante los siglos XIX y XX. «Las salinas siempre han estado en el centro de los movimientos económicos, sociales y obreros», resaltó Colomar, que recordó que la palabra 'salario' provienen justamente de la actividad salinera. «La sal era el oro blanco pues era imprescindible para la conservación de los alimentos. Además, la sal de Eivissa era conocida en todo el Mediterráneo; en el siglo XV había un gran comercio especialmente con las ciudades italianas».
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