Se ha puesto de moda en las fiestas parroquiales de Sant Eulària incluir además de los aperitivos más tradicionales, otros relacionados con la cocina más moderna. El pasado día 4 fue en las fiestas de Sant Carles donde los jóvenes estudiantes del curso municipal de formación de cocina y pastelería ofrecieron sus creaciones a los asistentes. Ayer fue el turno del pueblo de Santa Gertrudis donde el restaurante Sano Deli fue el encargado de ofrecer exquisitos canapés elaborado con productos naturales y biológicos. De uva con queso mascarpone con rebozado de pistachos o de ciruelas con jamón, fueron algunos de ellos.

«No recordaba que en el día de Santa Gertrudis hiciera otros años tanto calor como hace hoy», comentaban bajo una sombra algunos vecinos del pueblo a más de 20 grados. Allí hacían tiempo, al terminar la misa, que estuvo oficiada por el obispo Juan Vicente Segura, mientras la comitiva salía en procesión para recorrer las calles más céntricas del pueblo. El alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, acompañaba, al inicio de la procesión, al encargado de portar el estandarte de la parroquia. Tras ellos comenzaron a salir las imágenes de los santos, algunos de ellos con tanta prisa que debían detener el paso para no tropezar con el anterior. También quisieron participar en los festejos Marià Torres, conseller de Cultura del Consell d'Eivissa, o Salvador Llosa, concejal de fiestas de Santa Eulària, entre otros muchos. Mientras la procesión completaba el recorrido, los encargados de preparar el catering de delicatessen italianas ultimaban los preparativos: colocar copas para el cava, colocar los últimos centros florales y comenzar a descorchar botellas de vino.

El Grup de Ball Folklòric de Santa Gertrudis ofreció una muestra de ball pagès en la que fueron saliendo todos sus integrantes. Primero los más veteranos, luego por parejas y en penúltimo lugar los niños. Al final, el último baile estuvo reservado a espontáneos que salieron de entre el numeroso público. Entre ellos, Ana Costa, concejala de Cultura de Santa Eulària, que hizo una demostración de sus habilidades como bailarina en el centro de la plaza.