Antoni Riera, director del Centre de Recerca Econòmica (Sa Nostra Caixa de Balears y Universitat de les Illes Balears), afirma que Balears debe solucionar los problemas estructurales de su sistema productivo con el objetivo de ganar competitividad y poder garantizar la prosperidad y la cohesión social de sus ciudadanos, actualmente en entredicho. A nivel coyuntural indica que todavía no se observa el punto de inflexión en el ciclo económico, si bien afirma que las caídas del Producto Interior Bruto se están moderando.

-¿Cómo puede ganar competitividad la economía balear?

-Antes los solucionábamos devaluando la peseta, con lo que ganábamos una competitividad ficticia que tenía efectos breves e inflacionistas. Con la entrada en la zona euro perdimos esa posibilidad pero obtuvimos otras ventajas, como la compensación de la balanza comercial al tener una moneda fuerte y nos aportó financiación barata, lo que permitió incrementar la capacidad productiva. En todo caso, hemos desaprovechado estas ventajas y hemos basado nuestro crecimiento en actividades de corto recorrido como son el consumo privado por la vía del endeudamiento, la construcción y resto de actividades de escaso valor añadido y una utilización intensiva de mano de obra poco cualificada. La crisis financiera ha parado estos motores, lo que ha desatado la crisis. Lo que hay que hacer ahora es desarrollar actividades de alto valor añadido.

-¿Qué opina de las políticas de fomento del consumo y de la construcción?

-Una de las soluciones son las políticas de demanda que tienen la finalidad de estimular el consumo y la construcción, que son los motores que se han paralizado. Son necesarias, pero lo que sucede es que son soluciones de corto recorrido y no corrigen los problemas de fondo que nos han llevado a esta situación. El legado de estos años de crecimiento basado en el consumo y la construcción ha sido una caída de nuestra prosperidad, medida en Producto Interior Bruto por persona, una caída que ha sido espectacular en los últimos ocho años, así como problemas de cohesión social. No podemos seguir actuando sobre los síntomas sino que hemos de hacerlo sobre las causas.

-Parece difícil fijar medidas concretas a nivel público y empresarial.

-No existe una receta universal, las medidas deben ser fruto de mucho debate y mucho consenso y eso implica tiempo. En todo caso, a nivel empresarial y de gestión pública lo que hay que hacer es seguir aprovechando las ventajas comparativas que hemos utilizado hasta ahora, que por otro lado se están estrechando, y liberar recursos para generar nuevas ventajas comparativas. Lo que hay que hacer es añadir valor a nuestros productos a través de la innovación porque ello garantizará nuestra posición en los mercados internacionales. Ello implica mayor calidad y mayor formación específica. Además, nosotros tenemos el mejor aliado, que es el turismo, un gran frontal a un mundo globalizado que, además, tiene un efecto multiplicador de estas acciones de fomento de la calidad muy importante.

-¿Cree que son necesarias la reforma fiscal y la reforma laboral para cambiar de modelo?

-Sí, hacen falta muchas reformas, también una reforma fiscal y una reforma laboral, lo que sucede es que deben hacerse de forma integrada y deben tener como objetivo ganar productividad. Si no generan productividad, no me interesan. La reforma fiscal de la que está hablando el Gobierno sólo toca la tecla de las rentas altas para solucionar un problema de déficit puntual, por lo que no acomete las reformas necesarias. Habría que tomar medidas que atrajeran el conocimiento, por ejemplo. En la reforma laboral sucede los mismo. Hay propuestas de reforma, pero si se limitan a tocar las cotizaciones tampoco me interesan. Lo que hay que hacer en este caso es fomentar los contratos indefinidos y generar incentivos para la formación, entre otras cuestiones. Los subsidios de paro deben ir ligados a la formación de los trabajadores.

-¿A nivel coyuntural, cómo se presenta este invierno? y ¿se puede determinar cuando se producirá un cambio de inflexión en el ciclo económico?

-El invierno será duro, igual que todo el año 2010 porque el efecto de arrastre de 2009 será difícil de digerir. Previsiblemente 2011 será mejor. Lo que sucede es que a día de hoy ningún modelo observa todavía el punto de giro o de inflexión del ciclo económico, si bien es cierto que las caídas se va moderando. La evolución del mercado laboral y su efecto sobre el consumo determinará esta segunda vuelta de los efectos de la crisis, un ámbito en el que las políticas de demanda sí que amortiguarán en parte la caída.