Las Illes Balears perdieron este verano al menos un millón de turistas, cantidad que se corresponde con el descenso de pasajeros que registraron los aeropuertos de las islas, con un ocho por ciento de descenso en el caso de Son Sant Joan (Mallorca) y algo menos en los de Eivissa y Menorca, aunque el retroceso fue inferior al que se detectó en el conjunto de España, que alcanzó el 10 por ciento, de hecho, «más bien cerca del 11» por ciento.

Esta caída en la demanda es achacable directamente a la crisis económica y tendrá como consecuencia una significativa reducción durante el invierno de la programación (slots) de las aerolíneas que operan en las islas, un retraimiento que oscilará entre el 10 por ciento y el 15 por ciento, según la estimación que realizó para Europa Press el presidente de la Asociación Española de Compañías Aéreas (AECA), Felipe Navío.