El conseller balear de Medi Ambient, Miquel Àngel Grimalt, instó ayer al Consell y al Ayuntamiento de Vila a tomar ya una decisión sobre el solar en el que se va a construir la nueva depuradora dentro del recinto de sa Coma. Grimalt explicó que «no se puede alargar más» la toma de esta decisión porque es «necesario» que las obras comiencen ya.

«Nos espera un proceso largo porque hay que redactar y licitar la obra y es algo que no podemos retrasar más», insistió el conseller, que explicó que ahora mismo no se llega a un acuerdo porque al Consell le gustaría que la planta estuviera «en un lugar muy concreto» para poder aprovechar al máximo el resto del recinto de sa Coma para usos públicos. «Yo entiendo que el Consell quiera sacar el máximo provecho, pero la ubicación de la depuradora tiene que ser operativa y tiene que funcionar; eso es lo que nos interesa y por eso estamos analizando desde hace tiempo las diferentes alternativas», explicó Miquel Àngel Grimalt, que aseguró que quiere cerrar este tema este mismo mes.

Esta semana hubo una nueva reunión técnica entre miembros de la Conselleria, el Consell y el Ayuntamiento. El problema es que el Consell quiere que la planta se ubique en las inmediaciones del campo de tiro, un lugar que también consideran idóneo los ayuntamientos de Santa Eulària y Sant Antoni y los vecinos de la zona. Sin embargo, desde la Conselleria piensan que se trata de un punto demasiado elevado, ya que ronda los 90 metros de altura.

«Preocupación»

El conseller de Medi Ambient aseguró que la depuradora de Vila es una «preocupación» para ellos porque les hubiera gustado que el solar ya estuviera elegido y que las obras hubieran podido comenzar «hace meses».

El problema es la antigüedad de la actual planta. Ahora ya han finalizado los trabajos para que pueda aguantar algún tiempo más y que han costado más de tres millones de euros. «Se ha reducido el problema, pero esta depuradora está situada en un muy mal lugar, lo que genera molestias», explicó Grimalt, que recordó que las aguas residuales llegan a la planta con una calidad muy mala debido a las características del alcantarillado de la ciudad de Eivissa. Por eso es una depuradora que debe «funcionar muy bien y debe contar con unos requisitos tecnológicos específicos».

El conseller no quiso decir cuánto tiempo podría durar la construcción de la planta, ya que de ello se encargará el Ministerio de Medio Ambiente. Ahora se tiene que redactar el proyecto, tramitarlo y sacarlo a concurso. «Nosotros colaboraremos, pero quien tiene que llevar la iniciativa y quien tiene que darse prisa es el Estado», aseguró Grimalt, que quiere resolver el tema la semana que viene.

En cuanto a la depuradora de Santa Eulària, el conseller recordó que ya han entregado toda la documentación al Ministerio de Medio Ambiente y han solicitado que se declare de interés general para que se pueda sacar a concurso antes de finales de año.

El conseller visitó ayer las obras de ampliación de la depuradora de Platja d'en Bossa, que era una de las que necesitaba una «actuación más urgente» porque está muy anticuada y trabaja al límite de su capacidad. El conseller recordó que estos trabajos eran prioritarios porque a esta planta va a parar la mayor parte del material de las fosas sépticas, por lo que son aguas que están «en un estado de envejecimiento muy grande», un tipo de residuos más agresivos para las depuradoras y que requieren un tratamiento más específico. Además, se trata de una depuradora muy cercana al parque natural y «es una obligación que esté en buen estado». En total se invierten 7'6 millones. La planta tratará diariamente 5.600 m3 de aguas sucias y atenderá a una población de 25.000 habitantes. «Ahora tendremos una depuradora moderna y el agua saldrá de calidad y en buenas condiciones para ser retornada al medio natural», explicó Grimalt.

La responsable de Ports (organismo dependiente de Medi Ambient) y de Democràcia Pitiusa, María José Torres, acudió a la presentación para convencer al conseller de que la depuradora de Vila es de «máxima prioridad» y para lamentar que ya se ha demorado «en exceso». También criticó el mal funcionamiento de la depuradora de Sant Antoni.

Las obras de la depuradora de Sant Antoni estarán terminadas en mayo de 2010, por lo que la próxima temporada ya no habrá problemas de olores. «Es una planta que está muy cerca de núcleos habitados, por lo que tiene que funcionar muy bien porque si no genera olores y molestias», explicó Grimalt, que indicó que el problema de esta depuradora es que estaba «envejecida» y «al límite de su capacidad».