Los tiburones del Mediterráneo están en peligro de extinción. Así lo denunció ayer Ecologistas en Acción, que ha iniciado una campaña para concienciar a la población sobre este problema, desconocido para muchos. Según explicó el coordinador de medio marino de esta organización, Jorge Sáez, en el Mediterráneo existen 43 especies de escualo y más de 50 de rayas, torpedos y tiburones de suelo. De ellas, el 43% están en peligro de extinción. «Los motivos son principalmente el gran desconocimiento científico que hay y que la mayoría se capturan accidentalmente por técnicas de pesca como el arrastre y el palangre», explicó Sáez, que indicó que los tiburones son también plato habitual en nuestras mesas, sobre todo el marrajo (marraitx), el cazón (ca marí) y la pintarroja (gat). «Ellos están en nuestra dieta, pero nosotros no estamos en la dieta de ellos», advirtió el ecologista, que indicó que siempre se tacha a estos animales de agresivos cuando «no lo son tanto». El problema principal es que «la Administración no ha hecho nada para darlos a conocer» y existen muchísimos problemas de etiquetaje en las pescaderías.

Tiburón blanco

Sáez explicó que la especie más famosa de escualo, el tiburón blanco, sólo se encuentra en pocos puntos del Mediterréano: en el Estrecho, en el mar de Alborán y ha sido visto alguna vez en Balears. «Entra siguiendo la ruta de los atunes, pero hay que decir que no existen datos de un ataque de tiburón blanco en el Mediterráneo; esto es así porque en otros lugares se alimenta de focas pero aquí no hay focas, que tienen una silueta similar al ser humano, por lo que no hay peligro», explicó el ecologista.

Uno de los problemas de los escualos es que son especies muy longevas pero con poca descendencia. De hecho, el tiburón blanco llega a vivir cien años.

Ecologistas en Acción y Shark Alliance han instalado un puesto informativo en la Plaza del Parque donde recoge firmas para proteger a esta especie. La exposición no se ha podido hacer en el barco de la organización, el Diosa Maat, porque han tenido problemas para abrirlo al público en Eivissa.

España es el cuarto país del mundo en capturas de tiburón en aguas internacionales y es el principal suministrador europeo de aleta de tiburón al mercado chino. «En China comer sopa de aleta de tiburón da prestigio social», indicó Jorge Sáez, que explicó que aunque en el plan de acción europeo la práctica de pescar tiburones y cortarles las aletas para desechar el resto del cuerpo (finning) está prohibido, siempre se dan permisos especiales a los países para hacerlo. Ecologistas en Acción está en contra de esta práctica y por eso recoge firmas para entregarlas al presidente Zapatero.

Otro de los problemas a los que se enfrentan es a la falta de un etiquetaje claro y muchas veces se vende la musola por cazón. De hecho, esta última clase de tiburón está «al borde de la extinción». «Con otras organizaciones estamos empezando a hacer un seguimiento del etiquetaje para publicar datos de pesca más fidedignos», aclaró Sáez, que indicó que en la última lonja que visitaron vieron ocho quilos de raya, pintarroja y torpedo bajo el etiquetaje «varios escualos» sólo por 86 céntimos cuando la pesca de cada uno de estos ejemplares tiene un efecto ambiental serio.