La planta depuradora de Formentera está perfectamente dimensionada, su funcionamiento es correcto y sólo una avería, que se tardó más de lo previsto en reparar, ocasionó los vertidos en pleno parque natural de ses Salines.
Estas fueron a grandes rasgos las explicaciones dadas en rueda de prensa por el presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, la consellera de Medi Ambient, Silvia Tur, la directora gerente de la Agència Balear d'Aigua i Qualitat Ambiental, Margalida Miquel, y técnicos de Abaqua.
Los técnicos indicaron que la entrada de las aguas residuales se lleva a cabo a través de dos líneas de trabajo contíguas en las que hay dos tamices que separan los elementos líquidos y en suspensión de los residuos; sin embargo al fallar uno de los tamices y trabajar con una sola línea, el caudal que debería entrar en la planta pero que ésta no podía admitir, iba a parar automáticamente hacia el emisario por lo que se produjeron unos aportes sólidos de todo tipo a su salida al medio marino.
Control estricto
Como dijo Margalida Miquel «todo lo que llegó a la planta salió de ella conforme a la normativa vigente que cada vez es más estricta, pero lo que por la avería no pudo llegar a la planta, fue directamente al emisario sin haber sido tratada y salía directamente al mar en las condiciones que se conocen».
Miquel aseguró que la EDAR de Formentera «está perfectamente dimensionada y puede tratar hasta 3.500m3 de aguas residuales al día y hasta la fecha, las puntas no han llegado hasta aproximadamente los 3.000m3», remarcando que fue la rotura de un tamiz la que inutilizó una línea de entrada, no que la depuradora funcionara mal.
Y en este sentido señaló que el sistema de tratamiento de emergencia que en momentos determinados puede llevar la capacidad de la planta hasta casi 4.000m3 diarios de aguas tratadas, «no funcionó por un motivo muy sencillo, si no entran aguas residuales, qué se va a tratar por el sistema de emergencia».
Además Margalida Miquel confirmó que la capacidad de procesamiento en la EDAR de Formentera ya contempla el aporte de aguas residuales de los núcleos de es Caló o la Mola que el próximo año podrán conectarse a la red. Al fin y al cabo, explicaron técnicos de Abaqua, esas aguas, procedentes de fosas sépticas, ya se tratan igualmente en la planta aunque con un tratamiento previo.
Coordinación
Por su parte, Jaume Ferrer lamentó todo lo sucedido, habló de coordinación entre Administraciones y sobre todo insistió en que había solicitado una reunión urgente con el conseller de Medi Ambient del Govern balear, Miquel Àngel Grimalt, que se espera se produzca el próximo lunes, para abordar diversos asuntos relacionados con la depuradora y el emisario submarino de los vertidos ya tratados.
La directora gerente de Abaqua, Margalida Miquel, avanzó ayer que desde hace tiempo «se está trabajando en la mejora del emisario submarino de Formentera, como en los de otros puntos de Balears, para adaptarlos a las nuevas normativas, mucho más exigentes» e indicó que las previsiones son las de incrementar alrededor de un 35% la longitud del emisario actual, alrededor de unos 400 metros y que la inversión se situará en 300.000? en el caso de Formentera; ello comportará asimismo que en lugar de verter las aguas residuales ya tratadas a unos 18 metros de profundidad, ésta será mayor y menos impactante. Según el Govern se espera que el pliego de condiciones del concurso esté finalizado, publicado y adjudicado a finales de año para que los trabajos, que se piensa durarán alrededor de tres meses puedan iniciarse en febrero y esté listos antes de la temporada turística.
El alcalde de Sant Joan de Labritja, Antoni Marí Marí, Carraca remitió ayer a una carta enviada al conseller de Medio Ambiente, Miquel Angel Grimalt, donde reclama a la institución que solucione los problemas de vertidos de barros procedentes de las estaciones depuradoras producidos en las últimas semanas. Marí Marí concretó que han sido «numerosas las quejas recibidas por vecinos de los pueblos de Sant Llorenç y Sant Miquel por este motivo», causa por la que, agregó «se optó por solicitar la presencia de la Policía Local en un de las fincas receptoras de los barros, para comprobar cómo se realizaban estos depósitos».
Los agentes efectuaron en dicho enclave un reportaje fotográfico que también se remitió ayer al Govern, al ser la institución competente en materia de depuradoras. El problema, según expuso el primer edil en la misiva al titular de Medio Ambiente, «parecer ser que, estos depósitos de barro, no se realizan de forma correcta ni a la profundidad necesaria, para evitar las molestias por malos olores y la proliferación de insectos en masa, quedando restos encima la tierra».
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