Los responsables del puerto de Cala Corral han querido denunciar ayer las condiciones de insalubridad en las que se encuentran las instalaciones a causa de los vertidos diarios que provoca la depuradora de la zona.

El gerente del puerto, Jordi Ontoria, explicó que desde principios de mes esta infraestructura pierde agua residual dos veces al día, a primera hora de la mañana y bien entrada la tarde, provocando vertidos que pasan por delante de la oficina del puerto, ubicada a sólo tres metros de la depuradora, y terminan en el mar, tiñiéndolo de color «marrón».

«Caen toneladas de agua al puerto, el olor es horrible y está lleno de mosquitos», se quejó Ontoria, quien recordó que esta situación se repite cada mes de agosto y que en esta ocasión está afectando a la salud de todos los trabajadores del lugar, que «están enfermos con diarrea y sudores fríos».

A pesar de ello, según el gerente, la empresa encargada de la gestión de esta infraestructura, Aqualia, no ha podido ofrecer ningún tipo de solución. «Dicen que hasta que no esté la depuradora nueva (en Sant Jordi) no pueden hacer nada ¿Pero cómo que no pueden hacer nada? Esto no es normal, no es saludable para nadie», sentenció Ontoria, que criticó que cada año «pase lo mismo y que nadie haga nada». «A nosotros lo que nos gustaría es que en vez de soltar esta agua en el puerto trajeran unos camiones cisterna y se lo llevaran», concluyó.

El concejal de Medio Ambiente de Sant Josep, Josep Antoni Prats, solicitó a la empresa que «estudie todas las posibilidades para encontrar una solución provisional» pero reconoció que será «muy complicado». Prats indicó que la solución definitiva llegará cuando se termine la depuradora «grande» de Sant Jordi, y explicó que la infraestructura de Cala Corral «no está preparada para recibir la cantidad de agua» que produce la urbanización Coral Mar, a la que da servicio «en agosto». «Es algo que ocurre desde hace muchos años y es una herencia más del Partido Popular», criticó el concejal.