La ya famosa 'Directiva Bolkestein' de la Unión Europea, que amplía la liberalización de la prestación de servicios en el mercado interior europeo, no sólo afectará de forma decisiva al 'sector Comercio' de las Pitiüses sino que obligará a suprimir la necesidad de una licencia previa para hacer obras. La integración de la normativa europea «obliga a modificar la Ley del Suelo o de Disciplina Urbanística de la Comunitat, la única autonomía que todavía no lo ha hecho», explicó ayer la secretaria de la entidad cameral, Dolors Tur.
La Cambra realizó ayer esta advertencia a raíz del dictamen al respeto del abogado miembro del Consejo de Estado José Antonio García-Trevijano y publicado en la primera edición 'Quaderns d'economia i empresa', revista trimestral que ha empezado a editar la organización empresarial. «La Comisión Europea marca un plazo para que las diferentes zonas de Europa adapten sus sistemas urbanísticos antes de 2010 de forma que cualquier iniciativa empresarial, sea una obra o un negocio, no necesitará de autorización previa», explicó el presidente cameral, Joan Tur Ripoll.
El mecanismo que debería adoptarse, apuntó el empresario, será el de la comunicación a la Administración competente del inicio de los trabajos y la aportación de la documentación precisa. «Entonces, habrá un plazo determinado para que se estudie, controle y verifique el proyecto», añadió Tur.
«Ahora mismo, un empresario puede hacer el proyecto conforme a la normativa urbanística, haber hecho todo el papeleo y que después se lo retrasara un año la Administración, algo que es la antítesis de la economía», concluyó Joan Tur.
La secretaria de la Cambra coincidió en señalar que esta medida ayudará a «agilizar y dinamizar el mercado», aunque reconoció que «el empresario es el que asume el coste y el riesgo» de una posible prohibición administrativa una vez realizadas las primeras inversiones.
La presentación de ayer de 'Quaderns d'economia i empresa' sirvió para realizar un rápido repaso a la actual coyuntura económica, un análisis en el que se confirmó el negro panorama generado por la crisis y en el que sólo la temporada turística puede ayudar a paliar la situación.
En este sentido, el economista y responsable de la publicación, Joan Carles Cirer, ofreció un mensaje moderadamente más optimista que el del presidente cameral, Joan Tur. «El inicio de la temporada ha sido bastante malo pero normalmente los meses de julio y agosto remontan por lo que son junio, septiembre y octubre los que marcan la diferencia», explicó el primero. «Que los datos del inicio de la temporada no sean buenos no significa necesariamente que ésta vaya a ser una mala temporada; son perfectamente compatibles con una temporada regular», añadió.
«Por desgracia, no son habituales las remontadas especialmente importantes, especialmente cuando los empresarios están diciendo que en temporada alta hay plazas disponibles, algo que hacía mucho tiempo que no pasaba», apuntó por su parte Tur.
En esta línea, Cirer consideró que los principales problemas a que se enfrenta el mercado turístico local son «la caída del Producto Interior Bruto de Reino Unido y la devaluación de la libra». Esta última circunstancia supone un incremento del precio real que deben pagar los turistas británicos de un 30% respecto a la media de los últimos años.
El economista añadió que otro grave problema, derivado de la contracción del turismo, es el del paro. «La crisis ha sido más por un factor psicológico que económico puesto que en el primer trimestre empezó la sensación de crisis y la clase media europea empezó a retraer sus reservas lo que, a su vez, hizo que muchos hoteleros se pensaran en abrir o no y en qué fechas lo hacían», explicó.
Respecto a las dificultades, Tur resaltó que la ocupación ha caído sólo cerca de un 10%, «aunque a fuerza de hacer fuertes rebajas»..
La Cambra presentó ayer el primer número de 'Quaderns d'economia i empresa', una publicación trimestral que incluye una recopilación de indicadores económicos «porque no podemos decir hacia dónde debemos ir si no sabemos dónde estamos», aseguró su director, Joan Carles Cirer.
En la publicación se incluirán también artículos de opinión y análisis. En este sentido, en el primer número figura un artículo de 'máximas empresariales' escrito por el presidente de la Asociación de Expertos de Empresas Turísticas, Domènec Biosca, y un dictamen sobre urbanismo del abogado José Antonio García-Trevijano.
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