Si la sociedad quiere, se colapsa sobre sí misma. Si todos los pacientes, políticos, abogados con dudas, por poner sólo tres ejemplos comunes, corren a interponer una denuncia en los juzgados o en la Fiscalía (y algo de ello ya hay) la credibilidad y operatividad de sus ámbitos (sanitario, institucional y judicial) queda en suspenso hasta que se solvente el problema. ¿Es el ámbito judicial el único capaz de dar la paz de espíritu? Hoy sí, pero la justicia no está para aguantar semejante peso.

JOSÉ MIRANDA

Equilibrios. La ley física de la tendencia al equilibrio también tiene aplicaciones políticas: PP, con su caso Scala que tira de Josep Juan Cardona, y el PSOE, con su caso Eivissa Centre que tira de Xico Tarrés y de algunos cargos socialistas más, tienen que sufrir la humillación de verse arrastrados a los juzgados para responder de sospechas muy graves. Aunque entre sí ven los asuntos diametralmente opuestos, ambos, al menos, coinciden en apuntar que aunque al final salgan indemnes sus imágenes quedarán lastradas. Si al menos están empatados el trago será menos amargo. Verse involucrado en asuntos judiciales siempre tiene un precio irracionalmente alto. Y no hay nadie que pueda cambiar eso. Sólo una nueva cultura, difícil aún de alcanzar.

La reválida más dura. Quizás no tanto a los ciudadanos, pero sí los responsables de las instituciones se habrán dado cuenta de la situación y estarán seriamente preocupados por la posibilidad de un informe devastador del estado de conservación de los bienes declarados Patrimonio de la Humanidad. Sería como una bomba para la imagen de la ciudad en particular, pero también de la isla en general. Tantos y tantos años apostando tan fuerte los detractores del proyecto del puerto o de cualquiera de las intervenciones urbanísticas realizadas en el entorno Unesco que ese pequeño reducto de honor en una isla fiestera que es la preservación de un patrimonio rico e interesante (casi siempre mal explicado) puede simplemente disolverse en la historia si se diera el caso de que, como en el caso de Dresde, se retirara el galardón. Ya digo: una bomba.