Los agricultores mostraron ayer su malestar ante los medios de comunicación. Foto: GERMÁN G. LAMA

CARMEN CIRES

«El sector agrícola en Eivissa está en una situación crítica, en la UVI, y por ende sus agricultores que están vendiendo en la mayoría de los casos por debajo de los costes de producción, recayendo en ellos todo el peso, para ver hasta triplicados los precios destinados al consumidor». Así de rotundo se mostró ayer el presidente de Agroeivissa, Joan Marí Guasch, quien aseguró que comenzarán un calendario de movilizaciones «hasta que se arregle la situación».

Del mismo modo, Marí Guasch transmitió a la Administración la «inutilidad e insuficiencia de las medidas de gestión de crisis actualmente en vigor como es el observatorio de precios».

El portavoz de los agricultores informó de que pese a que los costes de producción son prácticamente iguales a los del año pasado, han tenido que bajar los precios hasta un 50 por ciento «con lo que ahora mismo no se cubren los costes de producción y estamos trabajando a pérdidas».

Indefensos

Especial mención le dedicaron los agricultores a los márgenes comerciales entre el productor y consumidor que consideran «abusivos» y que cifraron entre el 200 y 400 por ciento, «algo que no incentiva el consumo de frutas y hortalizas», opinó Marí, quien lanzó un mensaje de responsabilidad a los mercados. «Nosotros hemos sido solidarios bajando los precios ante la coyuntura actual, pero lo que no puede ser es que se pretenda que trabajemos de sol a sol a pérdidas y todavía nos pidan más rebajas», exclamó el portavoz de los agricultrores.

Los productores dijeron estar endeudados por inversiones en explotaciones y subvenciones aprobadas (por el Govern) que no llegan y aseguraron que los bancos deniegan el adelanto de estas subvenciones. Entre otras causas que les han llevado a la situación actual, los agricultores hablaron de las condiciones climáticas adversas que hicieron reducir mucho la producción y por tanto los ingresos en 2008 y la profunda crisis que hace que el consumo se resienta.

Ante tal situación, Marí Guasch afirmó que no tienen nada que perder y que por tanto «da igual si seguimos cosechando, si vamos a los distintos núcleos de población y regalamos el producto a los consumidores o si decidimos cerrar las llaves de riego».

Soluciones

Por todo ello, los agricultores dijeron que o bien abandonan el sector, o se buscan fórmulas que ayuden a que el productor cobre un precio justo por un producto fresco, que saben que es de gran calidad y buscado por el consumidor, que les permita sobrevivir de su trabajo.

Entre estas medidas, piden a las Administración que solicite un precio mínimo al agricultor que garantice el coste de producción y por otro lado unos topes máximos en los márgenes comerciales que incentiven el consumo de frutas y hortalizas. Además, piden un doble etiquetado que indique el precio al que se compró el producto y al que se vende al público.

Solicitan, también, medidas coyunturales para la agricultura como el plan renove en hostelería o el plan 2000 E que incentiva la compra de coches. «No puede ser que en el sector que produce alimentos, que todas las administraciones dicen que es estratégico, no haya ayudas y dejen que desaparezca».