La polémica surgida debido a las dudas que genera el proyecto de ampliación del puerto de Vila respecto a su impacto en los elementos declarados Patrimonio de la Humanidad, fundamentalmente en las praderas de posidónia, tuvo un precedente en el año 1999, cuando existía un proyecto que incluía una plataforma de 37.000 metros cuadrados.
Tal y como recordó el GEN al presentar el requerimiento de Unesco de más información respecto a la propuesta actual de ampliación, los técnicos de la entidad encargada de la designación remitieron un informe en el que se recomendaba aplazar la designación de Eivissa como candidata hasta que no se recibiera mayor información, pero tras acceder a la declaración de impacto ambiental, se descartó cualquier afección.
«Para dar por satisfechas las condiciones de integridad (uno de los criterios esgrimidos para la obtener el título de Patrimonio), el Estado debe ofrecer nuevas explicaciones, basadas en el Estudio de Impacto Ambiental, sobre el impacto potencial que el proyecto de expansión del puerto de Eivissa puede tener en la integridad del lugar candidato. El consejo recibe la recomendación de aplazar la candidatura hasta que se reciban estas aclaraciones», incluía la evaluación técnica de la Unión de Conservación Mundial (IUCN en sus siglas en inglés), órgano asesor en materia medioambiental de Unesco.
Posteriormente, el informe sobre la designación de Eivissa como Patrimonio de la Humanidad, ocurrida en Marruecos en diciembre de 1999, se incluía la observación: «El IUCN ha revisado la Evaluación de Impacto Ambiental de este proyecto y ha observado que no supondrá un impacto en los valores naturales del lugar».
Àreas tampón
El precedente de la actuación anterior podría suponer una ventaja para la Autoritat Portuària de Balears (APB) y su actual proyecto de ampliación, si bien su nueva propuesta dobla en extensión a la de 1999. Más problemático puede resultar el hecho de que no se haya ofrecido información sobre la posible afección a las zonas que, sin estar dentro de los bienes protegidos, han sido fijadas como perímetro de amortiguamiento o 'áreas tampón'.
La Marina (junto a sa Penya y ses Feixes, entre otras) constituye parte del perímetro 'de seguridad' del bien expresamente protegido que es el recinto de Dalt Vila. Dado que el plan de la APB contempla una serie de actuaciones en el conjunto del puerto que implicarían la obligación de informar a Unesco.
Así lo recoge la directriz práctica número 107 para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial que reza: «Aunque las zonas de amortiguamiento no suelen formar parte del bien propuesto, cualquier modificación de la zona tampón de amortiguamiento realizada con posterioridad a la inscripción del bien en la Lista del Patrimonio Mundial tendrá que obtener la aprobación del Comité del Patrimonio Mundial».
El PP solicitará en el Congreso la comparecencia del presidente de Puertos del Estado, Fernando González, para que informe sobre la situación de la reforma del puerto de Eivissa, tras conocerse que la Unesco solicita la paralización del proyecto para estudiar su impacto en los bienes declarados Patrimonio de la Humanidad.
La iniciativa parlamentaria ha sido impulsada por el diputado Enrique Fajarnés, quién indicó que el representante estatal debe explicar el desarrollo de las obras que se han de realizar y el «objeto de la confrontación» con la Unesco, dado que parece que no se le ha remitido determinada documentación sobre la ampliación.
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