Un domingo laboral a principios de julio no es tan duro como parece, según afirma José Becerra, camarero de un bar de Eivissa. Ese simpático camarero que vive en la isla suele trabajar cuando los demás disfrutan de su tiempo libre, en un día que suele ser para muchos trabajadores festivo.
«Cuando estás acostumbrado no se te hace tan duro, ni tampoco te sientes mal, pero eso depende de si es habitual que trabajes los domingos o no», señala, «pero también es según el trabajo y la persona».
Respecto a las anécdotas divertidas en su trabajo recuerda muchas: «Hay muchos momentos muy divertidos, pero normalmente se puede ver de todo». El bar donde trabaja está abierto todo el año, aunque él va a trabajar en principio tres meses. Afirma que se lo pasa bien allí. La comodidad que le supone vivir cerca del bar es un plus a su favor, que hace que le sea más fácil.
Por el contrario, el domingo de relax para un grupo de amigos de Sitges es sagrado. Se encuentran de vacaciones en Eivissa y vienen de una playa para irse a otra distinta. Blas, Xavi, Antonio, Gastón, Dani y Toni aseguran que un buen domingo se tiene que pasar disfrutando de lo que más te gusta, no pensar en preoupaciones y, sobre todo, relajarse. El plan que tuvieron el domingo fue «ir a Bora Bora, visitar las tiendas y, por último, domir mucho». Lo que más les gusta hacer también es conocer chicas y tomar algo con ellas, si éstas acceden. Ayer por la tarde, ellos ya habían visitado numerosas calas, y tenían pensado ir a la playa de Figueretes, para terminar un poco más tarde en Bora Bora. «Nos encanta ir de playa en playa, estar con los amigos y pasarlo muy bien». Todos están de acuerdo de que volverán a Eivissa el año que viene para pasar más domingos de relax. Reconocen que en Sitges también les gusta pasar su día de descanso «entre amigos, cerveza, playas, tiendas, durmiendo mucho, y no pensando en nada»
A. R
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