«No podemos más». Así de tajantes se muestran Laura y Antonio, una pareja con un hijo de 22 meses, que han decidido abandonar su domicilio temporalmmente a causa de los ruidos que ocasiona desde agosto, según su versión, el bar que linda con su casa, concretamente a la habitación de su hijo en la zona del Soto de Eivissa.
La pareja presentó ayer una denuncia de los hechos ante el Juzgado de Instrucción 4 de Eivissa denunciando «la pasividad de la autoridad municipal en la adopción de medidas cautelares» ya que desde que abrió el bar «vienen sufriendo y denunciando reiteradamente el insoportable ruido procedente del bar». Aseguran que las noches «son un verdadero infierno, insufrible y agravado con la existebncia de un menor». De hecho han puesto en el caso en conocimiento de la Fiscalía.
Nueve sonometrías
En su denuncia aseguran que los servicios del Ayuntamiento han llevado nueve sonometrias, «de las cuales ocho fueron positivas». Este fin de semana volvieron a pedir que se realizara una sonometría pero dicen que «al personarse en el bar y ser advertidos por el vigilante de la puerta, los niveles de ruido bajan al máximo permitido, convirtiendo en una burla e irrisoria la acción de la justicia».
La pareja se aloja temporalmente en casa de un familiar pero han decido irse temporalmente de la isla. «Estoy muy baja de moral», confiesa la mujer.
El Ayuntamiento, a través de un portavoz, precisó ayer que se han realizado 30 actuaciones policiales de las que seis sonometrías han dado positivo. El departamento de sanciones se encuentra ahora en fase de tramitación de las denuncias.
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