Parece que la crisis no pasa por el hotel Ibiza Rocks. La terraza de la piscina del hotel temático estaba llena, balcones incluidos, de jóvenes ingleses dispuestos a darlo todo con sus músicos favoritos. Y se entregan de verdad. No sólo bailan y corean las canciones sino que además son únicos en el vestuario elegido. Disfraces, vestidos flúor y camisetas marca de la casa fueron algunos de los modelitos que llevaban los fans. A pesar de que el público británico era mayoría también acudieron a la primera cita de estos conciertos muchos residentes en la isla. A primera hora calentaron el ambiente el dj Doorly y Steve Aoki, habituales de Ibiza Rocks en las última ediciones. Con puntualidad británica actuaron los teloneros Frankmusic, que arrasaron con su divertida propuesta. Antes de que llegarán los cabezas de cartel Zane Lowe se explayó a los platos.

A pesar de ser dos sobre el escenario, The Ting Tings saben cómo hacer botar al público. Ella engancha con su divertido, juvenil y hortera atuendo, sus bailes sobre el escenario y con su voz que en ocasiones acaba en alaridos; él lo hace, con sus modernas gafas y su poderosa batería. Tienen carisma y lo saben. Comenzaron su actuación con uno de los temas más conocidos y bailones, Great dj, con el que ya habían conquistado al público antes de empezar a tocarlo. Samples y ritmos pegadizos fueron otros de los ingredientes del concierto. Estaba previsto que su actuación terminara a las 23,30 horas pero quince minutos antes dieron los últimos acordes sin posibilidad alguna a que hubiera bis. Eso sí, se despidieron a lo grande con That's no my name y una docena de globos gigantes volando sobre el público. Natalia Salazar