El Consell d'Eivissa ha emitido un informe en el que solicita que el cable eléctrico submarino que unirá Mallorca, Eivissa y Formentera entre por la zona de Botafoc y no por Talamanca, donde existe un arrecife-barrera de posidonia oceánica muy importante. De hecho, la máxima institución insular advierte de que se trata del arrecife mejor estructurado de las Pitiüses y probablemente de Balears. «Debido al elevado grado de singularidad y a la elevada fragilidad ambiental de estas formaciones marinas la actuación supondría un grado de impacto muy elevado e irreversible, ya que se produciría su fragmentación y desestructuración», especifica el informe, que fue aprobado ayer en el Consell executiu.

Por este motivo recomiendan que se modifique el trazado para que el cable entre por Botafoc, donde podría transcurrir sobre las praderas afectadas por los sedimentos portuarios ya existentes. De hecho, se insta a buscar una zona de entrada que tenga la menor incidencia posible sobre la posidonia.

Afecciones sobre el turismo

La consellera portavoz, Pilar Costa, indicó también que el paso de este cable por Talamanca podría provocar consecuencias para el sector turístico. De hecho, el informe considera que supondría «afecciones severas» al desarrollo turístico de la zona, sobre todo durante el periodo de construcción.

Costa explicó que este proyecto, que impulsa Red Eléctrica de España S.A., está en una fase muy inicial, ya que está en período de consultas previas. También matizó que una de las propuestas es que el cable entre por Talamanca, pero remarcó que «no está decidido». De hecho, aseguró que los contactos técnicos previos hacen pensar que se podrá evitar esta posibilidad.

La línea entre Eivissa y Formentera tendrá 23,4 kilómetros de longitud y transcurrirá por la parte terrestre y marina del parque natural de ses Salines, así como por hábitats de interés comunitarios. La consellera portavoz explicó que el cable entra en Formentera por la zona del parque natural, aunque matizó que el Consell de Formentera ya habrá hecho su informe correspondiente al respecto.

Costa añadió que por el momento Red Eléctrica sólo les ha pedido opinión sobre el futuro proyecto y les ha consultado si afectaba a bienes del Patrimonio de la Humanidad. En este sentido se les advierte de que el estudio de impacto ambiental debe profundizar en la incidencia sobre la posidonia para minimizar la afección sobre esta planta. Desde el punto de vista urbanístico en principio no existe ningún problema porque transcurre por suelo rústico común o suelo urbano.

En cuanto al patrimonio histórico-cultural, el informe del Consell insta a evitar yacimientos arqueológicos o elementos de interés histórico-cultural. De hecho, advierten de que las obras deberán ser supervisadas por un arqueólogo acreditado. Si se encontrara algún resto arqueológico se tendría que paralizar la obra e informar a la autoridad competente.

El Consell dio ayer su visto bueno al anteproyecto de canalización del drenaje de la autovía al aeropuerto, que desaguará en Platja d'en Bossa. En el tramo final se utilizará el canal de ses Salines, que se limpiará y acondicionará, retirando los materiales acumulados en el fondo. En este sentido, la institución pide que se haga un estudio detalle sobre la acequia salinera de sa Sal Rossa, por donde pasará el agua. En su día ya se advirtió de que este elemento corría peligro porque no saben si tiene la capacidad y resistencia suficiente. Ahora reiteran la petición de un estudio de detalle que el Govern, que es quien impulsa la obra, todavía no ha hecho.

Por otro lado, da su visto bueno a la balsa de laminación que recogerá el drenaje de la autovía, que medirá dos metros y medio. Consideran que el conjunto de medidas de integración paisajística son «suficientes», pese a que la balsa había generado suspicacias.

El Consell remarca que no existe peligro para las dunas. Tampoco se ven afectados bienes de interés cultural, aunque se deberá hacer un seguimiento arqueológico durante las obras.