El Ayuntamiento de Eivissa presentó ayer las últimas modificaciones de la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que será aprobado nuevamente de forma provisional la próxima semana en el Consistorio, con el objetivo de enviarlo al Consell para su aprobación definitiva.
La alcaldesa Lurdes Costa explicó ayer que aunque «ha costado mucho llegar a este punto pero éste es el mejor documento que se podía hacer para la ciudad». «Le hemos dado muchas vueltas, lo hemos repensado mucho, porque es un documento tan importante que deberá durar los próximos 20 o 25 años», destacó.
El nuevo planeamiento ha estado ocho meses en exposición y ha recibido un total de 116 alegaciones. Según el concejal de Urbanismo, Vicent Torres, en todo este tiempo se ha hecho una revisión de todo el documento y se han introducido «modificaciones que tienen una importancia muy concreta y determinada». Entre ellas, a la ya conocida unidad de actuación que permitirá la construcción del hospital en Sa Joveria, se suma la creación de un vial que conectará las avenidas de Santa Eulària e Ignasi Wallis a través de la unidad de actuación número 13 de es Pratet y junto al antiguo camino de Murtera. Una propuesta incluida en las alegaciones de los propietarios de los terrenos y del Partido Popular que fue aceptada porque era «lógica».
Otra modificación sustancial tiene que ver con la unidad de actuación Mare Nostrum, ubicada en Platja d'en Bossa, mediante la cual se desclasificarán 30.000 metros cuadrados urbanos, que volverán a ser rústicos, por iniciativa de la propiedad a causa de «diferentes circunstancias, como las del mercado y la vivienda», explicó Torres. En este sentido, la unidad de actuación pasará a ser la UA-14, como era antes, y aunque se perderá un vial proyectado para continuar las avenidas Sant Jordi y Mare Nostrum «se disminuirá un poco el crecimiento del municipio». Sin embargo, se sigue manteniendo la cesión de suelo para VPO y para la construcción de un colegio, mientras que los propietarios ya presentaron un proyecto de compensación.
Otro cambio sustancial tiene que ver con la unidad de actuación Cas Ferró, ubicada detrás de Gesa. Según explicó Torres, esta unidad se crea «por necesidad» debido a que por la ordenación irregular de la zona y «se han creado unos espacios» que el Ayuntamiento no quiere que se conviertan en «basureros», por lo que serán ahora espacios públicos industriales y destinarán a infraestructuras municipales.
Finalmente, el plan general contemplará en grandes números que el suelo rústico suponga un 44,7% del total del municipio (479 hectáreas), el urbano un 52,4%, el urbanizable un 2,81%, (30 hectáreas) y que el techo de población sea de 98.449 habitantes.
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