El grupo de alumnos que participa en este curso. FOTO: IRENE G. RUIZ

Tengo ganas de acabar las clases, pero al mismo tiempo estoy un poco triste porque hemos aprendido mucho durante estas dos semanas. Además se nos ha hecho muy corto porque es una profesión en la que hay muchas cosas que aprender», explica Sara Cardona, una de las alumnas de segundo curso de Ebanistería de la Escola d'Arts de Eivissa que hace prácticas en el taller Sa Nostra Fusteria de Eivissa. Sara, Adrián Nieto, Josef Albertsson y Cristina Yourstone terminan hoy las 50 horas reglamentarias de prácticas que deben cumplir para poder hacer el año que viene el proyecto de final de curso con el que conseguirán el título de Técnico en Ebanistería. «El objetivo de estas sesiones de práctica es que apliquen lo que han aprendido en clase a la profesión real, que sepan cómo funciona realmente un taller. Aquí han hecho varios trabajos, es decir, se han adaptado a las labores que se desarrollan todos los días en el taller», explica José Planells, profesor de Ebanistería de la Escola d'Arts y tutor de prácticas. «Realmente hemos notado diferencia en la manera de trabajar, el ritmo porque lógicamente en el taller hay que cumplir unos plazos de entrega», precisa Adrián para quien la experiencia, igual que para el resto de sus compañeros, ha sido muy positiva: «Hemos trabajado con máquinas que en la escuela no tenemos, por ejemplo, la moldurera o una que sirve para juntar chapas, que se parece a una máquina de coser». Además de lijar o juntar chapas también han participado en el montaje de estanterías o la creación de la base de un futuro mueble.

María José Real