Nació en Eivissa, casado y padre de tres hijos. Militar en la reserva, una carrera que le viene de tradición familiar desde tiempos de su abuelo. Hizo la carrera militar en la Academia General Militar de Zaragoza y la especialidad de Infantería en Toledo. En los últimos años antes de pasar a la reserva como teniente coronel, García Vila fue comandante militar de la guarnición de Eivissa hasta enero 2003 meses antes de su desmantelamiento. Preside la Asamblea Insular de Eivissa de Cruz Roja desde 2004.

-Como militar en la reserva está a disposición de la ministra de Defensa, ¿Cómo cree qué lo está haciendo Carmen Chacón?

-No lo sé. Tengo la suerte de que he servido en dos instituciones, el Ejército y la Cruz Roja que son apolíticas, y entonces me muevo bastante bien. No puedo opinar porque estoy desligado del Ejercito y no estoy al tanto de la actualidad si lo hace bien o mal, pero creo que mal no lo hace.

-¿Se asombró que fuera una mujer?

-No, hoy en día no. Creo que son tan válidas o más que los hombres. Tienen mucha capacidad de trabajo.

-¿Qué le ha aportado su carrera militar a la Cruz Roja?

-Muchísimo. Desde la academia militar te inculcan una serie de valores que, si los analizas, cuadran muy bien con una organización como esta: espíritu de sacrificio, servicio a los demás o disciplina. El Ejército está para servir al pueblo, a los demás y es casi el mismo sentimiento que Cruz Roja.

-¿Le ha afectado la crisis a Cruz Roja?

-Sí. Hay menos socios y subvenciones.

-¿¿Porqué decidió tras su etapa militar pasar a Cruz Roja?

-Me fui a la reserva con 30 años de servicio. Quería tener un poco de descanso y me dediqué un tiempo a hacer de agricultor. Puse mis tomateras y mis calabacines pero es muy duro. Estuve un año y era satisfactorio. Me llamó la anterior presidenta, Karmen Juan, y me insistió. Pensé que tenía que hacer algo que me llenara y satisficiera mucho. Este es un trabajo voluntario y altruista. No cobro nada pero la satisfacción es tan grande que no lo cambiaría por nada.

-¿Donde se siente más satisfecho como militar o en la Cruz Roja?

-Por igual. Me siento militar aún y aporto mi experiencia a la Cruz Roja. En el Ejército me han inculcado el concepto de servir y he pasado a otra organización de servir a los demás. No lo considero un corte sino una continuación.

-¿En su casa se vive como un cuartel?

-No, porque manda mi mujer (risas).

-¿Siente añoranza de Sa Coma?

-No como lugar físico pero sí como modo de vida militar. He tenido otros destinos como Cartagena o la Guardia Real y he aprendido de todos.

-¿Y cuando pasa por allí?

-Me echo a llorar, me da mucha pena.

-Como Guardia Real ha tenido contacto con la Familia Real ¿qué tal el trato con ellos?

-Son muy humanos y muy cercanos. Se volcaban mucho con el servicio.

-¿Se jubilará en Cruz Roja?

-Si me dejan sí., Estoy muy contento. Es una institución con gancho. Hay que vivirlo y el que no se acerca nunca sabrá lo que es, pero el que prueba se engancha.