Las calles de Dalt Vila ofrecían ayer este aspecto.Una de las actuaciones de aye en la última jornada de la feria. Fotos: IRENE G. RUIZHasta los más pequeños se empaparon del ambiente festivo.
11/05/09 0:00
El fantasma de la lluvia, que el sábado llegó a hacer su aparición aunque sin evitar el normal transcurso del festival, dio paso ayer a un día claro que permitió un final brillante del Eivissa Medieval. Este hecho llevó a cientos de personas a lanzarse a la calle y a aprovechar las últimas horas de la transformación de Dalt Vila y de la calle Antoni Palau en un gran zoco de hace 500 años.
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