Voluntarios y participantes de las asociaciones aprovecharon los paseos por la feria para conversar animadamente. Fotos: GERMÁN G. LAMA

Nuestra principal función como voluntarios en la feria medieval consiste en acompañar a personas mayores o con alguna discapacidad física o mental durante el recorrido. Nos lo pasamos muy bien con ellos y ellos con nosotros», explica Dani Riera, un mensajero que colabora en el programa de voluntariado de la feria medieval desde hace siete años. Y añade: «Sin nuestra compañía quizá no podrían venir a pasear por aquí o les resultaría mucho más difícil que con nosotros». Como él, otras 159 personas quisieron participar en esta segunda jornada de acompañamiento de los mayores de las residencias Reina Sofía, Cas Serres y las asociaciones de Afaef (Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Ibiza y Formentera) y Magna Pitiysa.

Cerca de las 10'00 horas del día de ayer, voluntarios y los 138 participantes de las asociaciones ya mencionadas partían del párking del Soto para iniciar un paseo ameno y divertido por la época medieval. Cada persona mayor o asociada a las entidades citadas tenía asignada una pareja de voluntarios, que velaban en todo momento por su bienestar. Mientras bajaban hacia el claustro del Ayuntamiento, donde a las 11'00 horas pudieron probar un delicioso almuerzo, residentes y voluntarios conversaban animadamente y aprovechaban para hacerse fotos. «Yo decidí apuntarme al voluntariado porque tenía ganas de colaborar en este proyecto tan importante. Creo que estas visitas les ayudan a salir de su rutina diaria y eso es muy positivo», explica Alba Mora, que se dedica al trabajo social.

Este programa de voluntariado, que empezó hace nueve años, está impulsado por el Ayuntamiento de Eivissa a través de la concejalía de Bienestar Social.

María José Real