El Consell d'Eivissa atiende a diario a un centenar de personas que sufren discapacidad y que utilizan recursos como el centro de día de Cas Serres, los que sufren una discapacidad elevada, y los talleres del centro ocupacional de Sa Coma con una discapacidad menor. Otras 94 personas han sido atendidas por el Servicio de Asesoramiento e Inserción Laboral de Personas con Discapacidad (SAIL-PD) durante el año 2008. La inserción laboral a este colectivo no se ha visto, de momento, afectada por la crisis. «Las empresas que contratan siguen manteniendo las contrataciones», dijo ayer la jefa de la sección de Atención a Personas con Discapacidad y Enfermos Mentales, Mercedes Prats.

En la inserción laboral se ha trabajado con la figura de un preparador laboral que hace un seguimiento durante el proceso de inserción a la persona discapacitada y otra de las acciones, un itinerario de formación, sin horas ni tiempo acotado para adaptarse a las necesidades de las personas, que ha tenido como actividad la agricultura ecológica.

Otro de los recursos disponibles dirigidos a personas con trastorno mental severo son los pisos tutelados y el centro de día. También dispone de la fundación tutelar de adultos Aldaba, ubicado en la calle Joan Riquer, cuyo trabajo es tutelar a las personas incapacitadas. «Ha aumentado mucho la demanda. Se ha necesitado una ampliación del personal porque en 2007 había solo una persona, ahora contamos con dos y estamos a la espera de incorporar una tercera», dijo Mercedes Prats. El número de tutelas ha sido de 29.

La consellera de Política Social, Patricia Abascal, destacó la importancia de la atención a personas con discapacidad y con problemas mentales, que son «dos áreas difíciles y complicadas donde se trabajan con las asociaciones y con los servicios médicos que nos dan los informes necesarios para derivar al centro de día o al ocupacional». En cuanto al centro de día para personas con trastorno mental, con una capacidad para 30 personas, atendió a 36 usuarios, la mayoría de ellos hombres, derivados de la unidad de salud mental.

Actualmente no se cuenta con lista de espera para atender a personas con discapacidad ni con trastorno mental aunque en el caso de las discapacitadas «sí que estamos estudiando y valorando nuevos casos», dijo la responsable del servicio, Mercedes Prats.

El centro de día para personas con discapacidad de Cas Serres y el de personas con trastorno mental severo que se encuentra en la calle Joan Planells se trasladarán a la residencia de Sant Jordi cuando entre en funcionamiento.

El Consell d'Eivissa está pendiente del informe definitivo del coste que va a suponer arreglar las grietas que han aparecido en el exterior pero «sí que se está terminando, acordamos que se trabajara en el interior y acabar lo que faltaba», explicó ayer la consellera de Politica Social i Sanitaria, Patricia Abascal. La consellera insular confía en que la residencia esté lista este año antes del mes de diciembre.

La reanudación de los trabajos del interior de la residencia empezarion hace una semana después del acuerdo de la última reunión de la junta rectora del Consorcio de Recursos Sociosanitarios.

Los pisos para discapacitados es uno de los recursos pendientes por la institución. Uno de los proyectos iniciados que tiene que ver con los pisos es la puesta en marcha de un taller de habilidades de la vida diaria haciendo un apoyo a las personas con discpacidad que viven de forma autónoma. «Es la antesala del trabajo de los pisos tutelados», dijo Mercedes Prats, ya que se trata de personas que viven solas y necesitan una supervisión para organizar su propia vida. «Necesitamos contar con un piso, un espacio», dijo ayer Mercedes Prats,. Otra de las cuestiones por aclarar es si «será gestionado por el Consell o por otra entidad; estamos en un proceso inicial pero estamos haciendo el apoyo a los usuarios a través de inserción laboral». Prats calcula que, al menos, hay seis personas discapacitadas que pueden ser susceptibles de usar el recurso.

Actualmente, el Consell dispone de los pisos tutelados, con ocho plazas, para personas con trastorno mental que ha tenido 13 usuarios. En 2008 se recibieron nueve propuestas de derivación de la unidad de salud mental de Es Viver, dos no fueron aceptadas «porque no se adaptaban al perfil que se requiere para vivir en estos pisos», explicó Mercedes Prats.