Las dos máquinas que se emplean para demoler la casa entraron ayer a mediodía en la residencia de Santa Agnès. Foto: GERMÁN G.LAMA

El derribo de la mansión de Michel Cretu comenzará esta misma mañana y se llevará a cabo con dos grúas giratorias que la empresa navarra Erri Berri trajo ayer a la isla para hacer efectiva la demolición de toda la superficie construida, que se reparte en 3.000 m2 sobre una montaña protegida de Santa Agnès.

Es el paso definitivo de la sentencia de demolición que pesa sobre la casa del afamado músico, que durante los últimos días ya fue desmantelada casi en su totalidad, en todo lo que se refiere a la retirada de vigas de madera, puertas, marcos, ventanas y cubiertas de madera así como los bienes incorporados a la casa que serán recuperados por la propiedad.

La maquinaria que se encargará de derribar esta «fortaleza» llamada Can Guillem, tal y como la definió la representante del Grup d'Estudis de la Naturalesa (GEN-GOB), Neus Prats, consiste en dos grúas de varios metros de altura con una base de cadena (tipo oruga) que les permite desplazarse sobre los escombros. Cuentan además con una estructura giratoria formada por brazos hidráulicos y con una terminación en forma pinza para destruir las edificaciones.

Según explicó el teniente de alcalde de Sant Antoni, Joan Pantaleoni, el derribo de la casa tardará «pocos días», ya que la empresa prevé ejecutar la totalidad de la demolición en un plazo máximo de 21 días, y lleva más de una semana desmontando la estructura. Asimismo, destacó que los elementos desmontados «se separarán en residuos y se llevarán al vertedero» mientras que los bienes recuperados serán entregados a Michel Cretu.

La hora fijada para el inicio de la demolición son las ocho de la mañana. En ese momento, comenzará a hacerse efectiva esta sentencia que data del 2001, a raíz de una denuncia del GEN y de la investigación de la Fiscalía de Eivissa.

Esta sentencia fue ratificada dos veces por el Tribunal Superior de Justicia de Balears, en 2002 y 2005, durante un largo preceso judicial que contó con varios recursos, testimonios de testigos e imputados por la concesión de la licencia ilegal de obra (como el ex alcalde de Sant Antoni Antoni Marí Tur) y con el intento de legalización de la mansión por parte de la defensa de Michel Cretu.

Se trata de un derribo sin precedentes en la isla, por el que Cretu pedirá una indemnización de 18 millones de euros al Ayuntamiento de Sant Antoni, cuya reapertura de expediente de responsabilidad patrimonial ya fue solicitada por el abogado del músico, Jaume Roig, debido a que fue suspendido en 2004 a la espera de una sentencia firme.

Esta demolición también acarrea multas mensuales de mil euros al alcalde de Sant Antoni, José Sala, por el retraso en su ejecución, que además costará al Ayuntamiento más de 340.000 euros pero que pagará de forma subsidiaria a la espera de que Cretu afronte la suma. Sin embargo, la defensa del conocido músico ya anunció que no se hará cargo de los costes del derribo.

«Por primera vez en la historia queda desmontado el argumento de que el dinero es una vacuna contra la justicia», aseguró Neus Prats, portavoz del Grup d'Estudis de sa Naturalessa (GEN-GON). Según Prats, la concreción del derribo de la mansión de Michel Cretu «es un punto de inflexión en muchas cosas porque habrá un antes y un después del caso Cretu en Eivissa». Asimismo, la portavoz explicó que el mensaje que deja este derribo es que «la impunidad para siempre no existe». «Por muy buenos amigos que tengas tarde o temprano la impunidad desaparece y eso le pasa a todo el mundo», apuntó la portavoz, quien recordó que «aunque las leyes que tenemos son bastante poco esperanzadoras y pocas, aún así, que se cumplan». «Lo principal es que hemos quitado este velo de intocables que tiene la gente por dinero, porque quiero recordar que tenemos gente condenada por la construcción de un corral, en un sitio que no tiene ni siquiera la protección que tiene el sitio donde Cretu se hizo la casa», destacó Prats, que pidió que «la ley sea para todos y que todos sean iguales ante la ley». «Eso de presuponer que porque tienes dinero la ley no se cumple o hacer leyes a medida para el que tiene dinero, se tiene que terminar», concluyó.