Lo que empezó hace diez años como una fiesta más para conmemorar la declaración de Dalt Vila como Patrimonio de la Humanidad en 1999 se ha ido consolidando como uno de los eventos sociales que más público consigue congregar en este espacio histórico amurallado. Así, entre 120.000 y 150.000 personas pasearon en la edición del año pasado por las calles de Dalt Vila.

La Fira Medieval de Eivissa arranca mañana con el espectáculo inaugural de danza y acrobacia aérea Trovador, que tendrá lugar en la plaza de la Constitució a partir de las 11,00 horas. Durante la mañana de ayer y todo el día de hoy, los operarios del Ayuntamiento de Eivissa, los dueños de los puestos de comida, bebida y artesanía, así como los actores, actrices y bailarines que participarán en los pasacalles y espectáculos que tendrán lugar los tres días de feria ultiman todos los preparativos para que el viaje al medievo sea una vez más inolvidable.

Una de las novedades de este año es la exposición de fotografías que repasarán los nueve años de fiesta medieval. La muestra se podrá visitar los tres días en el claustro del Ayuntamiento de 11,30 a 14,00 horas. Si bien el año pasado, niños y mayores podían pasear en burro este animal ha dado paso en esta edición a los dromedarios, que estarán ubicados en la ronda Narcís Puget (zona tres), también los tres días. En este mismo lugar y durante todo el fin de semana se podrá ver una exposición de aves seguida de una demostración de vuelo de las mismas. Una novedad a destacar es la muestra de razas autóctonas que se desarrollará en la plaza de Sa Font (zona uno) de 11,30 a 14,00 horas. Las representaciones teatrales, los espectáculos y los pasacalles ocupan también un lugar destacado en el programa de la feria. Así, mañana y el sábado de 22,30 a 23,15 horas los personajes mágicos de la compañía Bungy Sistem de Madrid ocuparán la fachada de la torre de la Catedral y las murallas del baluarte de Santa Tecla para representar el espectaáculo Onyria, en el que la luna interactua con hadas y duendes, por ejemplo.

Para que las personas mayores y con movilidad reducida puedan también disfrutar de este esperado viaje a la época medieval alrededor de 300 voluntarios se repartirán en dos grupos para acompañar mañana y el sábado a los mayores de las residencias de Cas Serres, Reina Sofía y, por primera vez, Can Blai. Además, también acompañarán a las personas de las asociaciónes de alzheimer y Magna Pityusa.

A diferencia del año pasado, se pondrá en funcionamiento una línea más de autobús para que no ocurra lo mismo que el año pasado, cuando el servicio de transporte público se saturó por el volumen de usuarios. Además se aumentará la frecuencia, cada 20 minutos, para conseguir que el trayecto en bus sea menor que a pie y así captar a un mayor número de personas. María José Real