No faltaron 'orelletes' y 'flaó', que fueron acompañados por vino moscatel. Fotos: MARCO TORRESDurante el día de Sant Jordi hizo un tiempo veraniego, lo que provocó que mucha gente viera la procesión en la sombra. Para finalizar los actos tradicionales hubo una muestra de 'ball pagès' en la plaza del pueblo.
Durante toda la mañana el pueblo de Sant Jordi festejó el día se su patrón por todo lo alto. Numerosos vecinos y diversas autoridades políticas llenaban la iglesia del pueblo. Mientras, unos pocos se entretenían viendo las novedades literarias en el puesto de libros ubicado, como cada año, en la plaza del pueblo. En la mano de una señora lucía una rosa roja, su marido la seguía detrás. «En el día Sant Jordi, desde hace 58 años, le regalo una rosa a mi mujer. Durante los años de novios y también durante los cincuenta años que llevamos casados», comentaba Pepe Guasch, mientras miraba con dulzura a su esposa. Ella, Nieves Tur, sonreía al afirmar que «no le he comprado el libro a mi marido como manda la costumbre». Lo cierto es que a él no parecía importarle. «Mi esposa ya me lo da todo, todos los días», expresó. No era la única pareja que mostraba su amor en la plaza del pueblo con una prueba visible en forma de rosa.
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