Las dificultades que defienden las asociaciones de pequeños comerciantes a la entrada de grandes superficies en las Pitiüses no sólo pueden perjudicar a los consumidores (limitan la variedad de oferta y la competencia por precio) sino que pueden volverse también en contra de las propias tiendas de proximidad.

«Los datos reflejan que, fundamentalmente y como consecuencia de las trabas al establecimiento de grandes superficies, los supermercados medianos y grandes se han convertido en el formato más desarrlollado. Así, en contra de lo pretendido por la regulación, se ha incrementado la presión competitiva hacia el 'comercio de proximidad, nicho clásico del comercio tradicional, ya que estos supermercados se suelen situar en los centros urbanos y no en las afueras, como ocurre con los hipermercados», según recoge un informe de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) que analiza el proyecto de reforma de la Ley de Ordenación del Comercio Minorista (Lorcomin) para adaptar a la Directiva Europea de Servicios, más conocida como 'Directiva Bolkestein'.

Beneficio secundario

El análisis que realiza esta entidad asesora (de caracter público, aunque independiente del Gobierno), añade que «la evidencia empírica observada en otros países permite cuestionar que la apertura de grandes establecimientos implique un perjuicio sobre el pequeño comercio».

La explicación que se da para esta afirmación es que «la evidencia sugiere que el efecto de la creación de grandes puntos de venta es el de aumentar la especialización en la venta al por menor, fomentar la creación de nuevas tiendas intensivas con alto valor añadido en mano de obra y producir efectos secundarios positivos mediante el fortalecimiento de las oportunidades de éxito de otros establecimientos en el mismo área comercial».

Con estos argumentos, la CNC reclama que se suprima la licencia comercial obligatoria para las grandes superficies (conocida como 'segunda licencia', adicional a la de apertura de cualquier negocio y que cifra criterios más restrictivos) y sólo mantenerla para casos muy concretos y bajo criterios muy bien definidos.

El dictamen del CNC, que no resulta vinculante para el Gobierno, incluye otras recomendaciones como la eliminación de los periodos de rebajas, dejando total libertad para la fijación de precios y de periodos de descuento. El mismo organismo, que no oculta su predilección por un sistema lo menos intervencionista posible, defiende eliminar la licencia para instalar máquinas de venta automática, para la venta ambulante y propone, entre otras medidas, que las entidades financieras puedan vender artículos en sus oficinas.