Tres operarios extienden la grava con el nuevo compuesto en el Passeig de ses Fonts. Foto: M. TORRES

La histórica relación entre perros y alcorques se verá interrumpida en el Passeig de ses Fonts de Sant Antoni, por lo menos, durante los próximos dos meses. Es lo que dura el efecto del repelente que el Consistorio está aplicando a todas las bases de las palmeras del paseo para disuadir a las mascotas de hacer allí sus necesidades.

Se trata de un repelente formado por una combinación de mostaza y limón, que forma parte de un compuesto de resina que se extiende en los alcorques mediante una cobertura de grava. Pero sobre todo, según el concejal de Medio Ambiente, Juan Linde, «es un compuesto ecológico y para nada tóxico».

«La limpieza de los alcorques es un proyecto más del plan de acondicionamiento de los espacios y zonas públicas del municipio que se viene desarrollando con las brigadas del Servei d'Ocupació les Illes Balears (SOIB) y del Ayuntamiento de Sant Antoni. Es una iniciativa pionera en Sant Antoni y lo que queremos es evitar que la suciedad se deposite en los alcorques», explicó el edil.

Para esta iniciativa, el Consistorio cuenta con un presupuesto inicial de unos 8.000 euros que servirá para cubrir todas bases de las palmeras del paseo. En el caso de que haya más compuesto se comenzarán a cubrir también las bases de los árboles y palmeras de las principales calles de la ciudad.

Según explicó el técnico medioambiental, Diego Ponce, la resina y los componentes tienen además otras finalidades: «Favorecer la retención de agua, evitar que crezcan las hierbas y eliminar barreras arquitectónicas», destacó Ponce, que detalló que, con este sistema, «se eliminan los huecos y por lo tanto el peligro de torcedura de tobillos, además de permitir que la gente con alguna discapacidad pueda pasar por encima y no tenga que desviarse».

Asimismo, Ponce destacó que la función de la instalación de la grava con el compuesto «es eliminar un espacio donde antes se acumulaba suciedad y muchas veces excrementos». En este sentido, indicó que cuando se termine el efecto del repelente la grava quedará compacta y «los excrementos se podrán recoger de forma sencilla».