Mientras unas 300 embarcaciones se lucen este fin de semana en Sant Antoni con motivo de la Ruta de la Sal, bajo las aguas de la bahía, donde no llega la mirada de los navegantes ni de los turistas, descansa desde hace muchos años un verdadero cementerio marino.

Barcos hundidos de diferentes metros de eslora, víctimas de accidentes o simplemente del abandono, se encuentran a poca distancia de la superficie, tanto como lo permiten los escasos siete metros de profundidad que separa el aire del suelo de la bahía que corona la playa de S'Arenal. Son catorce embarcaciones de dimensiones que oscilan entre los 10 y los 15 metros de eslora; catorce pecios que el Ayuntamiento de Sant Antoni se ha propuesto reflotar para lograr la ansiada limpieza de este fondo del mar.

El ambicioso proyecto ya está en marcha desde el departamento municipal de coordinación de Playas. Su responsable, María José Sánchez, destaca que se ha iniciado la tramitación con el organismo competente, como es Demarcación de Costas de Balears, y que ha encontrado una «buena predisposición» que se podría convertir en actuaciones concretas si el Ministerio de Medio Ambiente da su visto bueno y en una aprobación que incluiría también asumir el coste, por parte del Estado, que supone reflotar las embarcaciones. «Se necesitan unos protocolos de actuación muy específicos y a nosotros económicamente se nos sale de todo presupuesto. Por eso Costas nos ha pedido que presentemos propuestas de empresas autorizadas con todo el procedimiento que se realizaría y el coste económico que supondría», explicó Sánchez, quien destacó que reflotar una embarcación de entre 10 y 15 metros supondría unos 25.000 euros, un precio que, multiplicado por los catorce barcos hundidos, alcanzaría los 350.000.

«Costas se compromete siempre que también pueda llegar a esa capacidad, por eso habrá un orden de prioridades: Si no podemos llegar a todas sí a las que pueden hacer daño al entorno o representar un riesgo para la seguridad, como una embarcación que está hundida a menos de dos metros de profundidad, con lo cuál es peligrosísima», explicó la coordinadora quien, por el coste que tendrá la operación, no descarta hacerlo en distintas fases. «Lo importante es que, aunque sea a plazos, lleguemos a un final», destacó.

Por su parte, el buceador Alex Boix, destacó que lleva «19 años» viendo barcos hundidos en la bahía, una zona que tiene explorada y fotografiada al detalle (ver imágenes). Su empresa, Rescue Sub, es una de las cuatro entidades especializadas que han presentado presupuesto al Ayuntamiento de Sant Antoni para reflotar los pecios. «Lo que vale no es sacarlo si no desguazarlo, porque el trabajo consiste en reflotar cada embarcación, llevarla hasta el dique y allí que venga una empresa y la desguace», explicó el buceador quien destacó que ha «inspeccionado cada barco y no tienen riesgo de contaminación». «Llevan mucho tiempo bajo el agua y ya han vertido lo que tenían que verter», asegura Boix, que no descarta que bajo la arena se haya más residuos. «Esta playa se llama Arenal porque las corrientes entran a la bahía en círculo y lo que hacen es traer arena que puede tapar la basura que hay debajo», explicó.

El objetivo de acabar con este cementerio marino forma parte de un proyecto municipal más amplio que persigue también regular los fondeos incontrolados de la bahía que, en muchos casos, han sido la causa de estas embarcaciones hundidas y abandonadas bajo el mar.