La Asociación de Vecinos y Comerciantes del Puerto de Eivissa insistió ayer en que «no encuentra razonable la política de horarios del Ayuntamiento de Eivissa» ni tampoco su negativa a ampliarlos, tal y como había solicitado esta agrupación a principios de año.

Mediante un escrito, la asociación calificó la medida de «dictatorial» y acusó al concejal de Turismo y Comercio, Vicente Ferrer, de «no tener la intención de cambiar los horarios, ni siquiera de reflexionar acerca de la ordenanza». «El Ayuntamiento y el concejal deberían planificar los pretendidos cambios de costumbres de los turistas creando planes o atractivos alternativos antes de restringir los horarios comerciales», indica la agrupación. Asimismo, destaca que las manifestaciones que hizo el edil a este periódico para asegurar que los turistas poco a poco se irán adaptando a los nuevos horarios «demuestra su desconocimiento técnico del problema y su limitada capacidad para resolverlo». «De la forma en la que está legislando deja al turista confuso, sin sus costumbres y sin nuevas atracciones, y a los comerciantes se les restringe la posibilidad de trabajar produciéndoles un daño de gran magnitud mientras esperan el 'cambio de actitud' de los turistas», destaca el comunicado de la asociación.

Los comerciantes también quisieron recordar al Consistorio que la temporada son «cien días de trabajo» y remarcar que el concejal Ferrer «se centra en promover ordenanzas restrictivas para su sector sin tener en cuenta que Eivissa posee un público potencial de ocio nocturno que provee de muchas riquezas a esta isla». «Se trata de un mercado establecido de consumidores con un gran potencial generador de riquezas que, teniendo en cuenta las actuales circunstancias de crisis, debería ser cuidado y no espantado hacia otros destinos».

En este sentido, los comerciantes preguntan al edil «¿En qué política de promoción económica se encuadra su teoría para intentar en estos momentos dejar de lado a estos clientes y procurar alcanzar otros?» «¿Qué hacemos los comerciantes con el tiempo intermedio?», cuestionan, y critican que si se busca «un cambio de actitud de los turistas» se promuevan «acciones de impulso para los comerciantes y para que el público se anime a concurrir más temprano a las zonas de ocio, fomentando atractivos en vez de quitarlos todos, como las pasarelas y animaciones callejeras». «La realidad de esta próxima temporada es que la isla estará pasando por una crisis de gravedad económica mundial y los comerciantes nos hemos reunido para intentar paliar sus efectos tratando de potenciar nuestros atractivos pero encontramos la barrera de que las autoridades se han plantado en no ceder a cambios que beneficien a los comerciantes», señala la agrupación.

Por otra parte, los comerciantes dudan de la aseveración de Ferrer a este periódico cuando destacó que planteó la solicitud de la agrupación de ampliar los horarios a los otros ayuntamientos pero que «nadie estuvo de acuerdo». En este sentido, la agrupación indica que «la realidad es que en Sant Antoni y, en otros ayuntamientos coherentes, los horarios de cierre de bares son más amplios».

Las discotecas

Los comerciantes también critican que el concejal haya asegurado que si amplían el horario de los bares «las discotecas también estarían en su derecho de reclamar». «¿Es acaso el Ayuntamiento el que debe decidir si la gente después de tomar una copa debe ir a la discoteca? ¿Por qué motivo no podemos funcionar con horarios independientes? ¿O acaso están planificando el circuito que deben seguir por la noche?» se pregunta la asociación, que destaca que el turismo de «edad y calidad, gasta, compra y toma algo aunque no concurra a las discos, y no quiere irse a dormir a las tres de la mañana».