La incertidumbre planea sobre las empresas de transporte discrecional.

Las compañías de servicios discrecionales de autobús están sufriendo presiones por parte de los touroperadores para que mantengan o recorten sus tarifas de cara a esta temporada, una circunstancia que, de darse, «supondría ponerse la soga al cuello», según defiende Antonio Caballero, presidente de la patronal de las Pitiüses y propietario de Ibiza Tours, una de las cuatro empresas más potentes de las Islas.

«Las perspectivas de cara a esta temporada son muy malas. Malas no, malísimas. Las agencias lo único que quieren es que bajemos precios, algo que no podemos hacer», relata Caballero. «En general, todas nos piden que, al menos, congelemos los precios y, luego, cada una pide cambios que les permitan a ellos pagar menos cancelando algunos conceptos que se aplican», añade. «Cada uno pide una cosa y mientras algunos piden que se quite el precio mínimo por servicio, independientemente de la ocupación y otros factores, otros piden que se pase a facturar por asiento», pone como ejemplos el representante de los empresarios.

Caballero apunta que las negociaciones de los precios están todavía en marcha en muchos casos, algo poco habitual dado lo avanzado de las fechas. «Nos estamos peleando con ellos (los operadores) y hay muchos casos en que no se han firmado los acuerdos», reconoce.

A todo esto se suman las nada halagüeñas previsiones de llegada de turistas con paquetes vacacionales y, por consiguiente, posibles servicios para los autocares. «En Semana Santa prevemos una actividad casi a la mitad que el año pasado. El año pasado hubo operadores del mercado español que fletaron vuelos charter y que este año no lo harán, sino que traerán su cupo de viajeros en líneas regulares, lo que nos hace suponer esa caída», explicó.

Respecto al verano, «las agencias todavía no nos han dado su programación de vuelos, lo que nos permite hacernos una idea aproximada de los servicios que tendremos que hacer», lamenta.

Casi sin margen

Los escasos márgenes con que operan estas empresas y los costes elevados que tienen impiden que los servicios discrecionales accedan a las pretensiones de las agencias.

«En algunos casos ya estamos perdiendo dinero con los servicios que se prestan por lo que no se puede bajar. No podemos acceder a lo que piden porque, aunque con una menor ocupación se usen microbuses en lugar de autocares, se reduce el consumo de gasóleo pero se precisa también de un chófer y éste cobra su sueldo igualmente», argumenta. De hecho, añade, sólo el incremento de sueldo pactado en el convenio puede suponer un incremento en las nóminas de entre el 4% y el 5%.

El combustible, que puede suponer más del 20% de los costes de una empresa de este tipo, tampoco ayuda a sobrellevar mejor la situación. Aunque la situación no es similar a la del pasado año (con el gasóleo por encima de la gasolina y precios superiores a los 1'05 céntimos el litro), «la caída de los precios no ha sido tan elevada como en el barril de petróleo», explica el presidente de la patronal pitiusa.

«Los gastos en combustible siguen siendo muy elevados. Además, en las últimas semanas ha ido subiendo el precio y seguro que lo hará más todavía en mayo y junio con lo que, en cuanto aumente un poco, estaremos en una situación muy similar a la que tuvimos el año pasado», pronosticó Caballero.

La incertidumbre sobre los servicios que requerirán los operadores y las malas previsiones de ocupación que llegan desde diferentes ámbitos, Caballero reconoce que «los niveles de empleo de estos años no se podrán mantener por lo que habrá que recortar en personal».

La situación de recorte de plantillas afectará fundamentalmente a los refuerzos de verano, aunque no se descarta que en alguna empresa se tenga que tocar parte de la estructura fija.

Igualmente, las dificultades para lograr rentabilidad harán que las empresas dejen en los garajes algunos de los vehículos de sus flotas. «Algunos ya no se pusieron en marcha el pasado año por los problemas que hubo, pero este verano serán algunos más», vaticinó.

«Y a todo esto, se dan créditos a los hoteleros, se abren líneas ICO para la oferta complementaria o las pymes y para nosotros nunca hay ninguna ayuda», lamenta.