El biólogo y consultor ambiental Francisco Carrascal ofreció ayer una conferencia en el recinto ferial sobre el cambio climático y su relación con la gestión urbanística, el agua y, sobre todo, con los modelos ciudad. Según explicó en una entrevista previa a la ponencia, serán «las islas» los espacios «sensibles» al cambio climático. «Todas las islas del mundo son zonas sensibles, es más, en la india ya se han evacuado dos islas por el cambio climático. Eso no quiere decir que hay que estar especialmente alarmado en Balears o en Canarias, pero sí que hay que prestar mucha atención con la subida del nivel del mar, porque es una de las cuestiones claves», explicó el experto, para quien frenar el cambio climático «tiene que ver más con la conciencia y no tanto con las soluciones tecnológicas». «¿Qué podemos hacer?, descarbonizar nuestro sistema energético que está cimentado en el petróleo», explicó. Por ello, «la producción de energías renovables» y «cualquier comportamiento social que dé paso a lo público frente a lo privado, sobre todo en el transporte», son, según el experto, tareas pendientes. «Y en esto el urbanismo tiene muchísimo que decir. Tenemos que intentar modelos nuevos de ciudad, pueblos relativamente compactos, con edificios de altura media (cinco plantas máximo) y con todos los servicios, que no demanden la utilización del coche», destacó Carrascal, para quien «las casas repartidas por el campo son un modelo de un urbanismo atomizado y es depredador de recursos naturales».

«Porque, por un lado, tienes que desplazarte con un vehículo y, después, tienes problemas con el acceso al agua, que se arregla con la creación de pozos ilegales y eso lleva a la sequía de los ríos, algo fundamental porque se calcula que en el futuro los recursos hídricos descenderán entre un 20 y un 30%», explicó.

Carrascal forma parte de la Asociación de Progresistas Andalucía, una agrupación que pretende llevar a la sociedad «debates progresistas», con temas como medio ambiente, mujer o inmigración.

El conferenciante recordó que «la ciencia dice que el cambio climático es un problema real y que no está sujeto ni a dudas ni a sospechas». «Hay un fecha clave que es el 2050, si de aquí al 2050 no somos capaces de aminorar el ascenso de la temperatura llegaremos a la cifra temida que son los tres grados centígrados de incremento y la irreversibilidad será clara. Por eso tenemos pocos años para revertir muchas cosas», concluyó.